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DE INUNDACIONES Y FRUSTRACIONES

Por René Mondragón

ESFUERZO SOBREHUMANO

Este escribano declara solemnemente que, hizo un esfuerzo extraordinario para dejar de hablar de todo ese halo fantasmagórico que rodea al presidente. Con humildad y vergüenza –por mea máxima culpa- declaro que no fue posible resistir. El escribano cayó en la tentación y lo peor…no asoma el arrepentimiento.

Por eso, en un velocísimo collage –léase “batidillo” en el teclado- compartimos las reflexiones que dejan los acontecimientos recientes de las grillas palaciegas en el zócalo de la ciudad capital.

LE CRECEN LOS ENANOS

No se trata de “pobretear”, valga el neologismo, al ciudadano presidente; pero en una compilación de sucesos próximo pasados, el tema es recurrente. En cada frente político que ha abierto, las cosas no le salen como él hubiera planeado, o cuando menos imaginado como parte de esa virulenta inclinación a adueñarse, como dice Krauze, de la palabra.

El hombre que durante 18 años dijo tener la solución y respuesta a todos los problemas nacionales, ahora presenta a los dos años de su gestión, el mayor catálogo de repartición de culpas. Lo peor es que su equipo va a 20 kilómetros por hora, y repta entre golpes, voracidad por el poder, mentadas de madre e ineptitudes.

Puede aplicarse con objetividad aquel principio aristotélico-tomista que señala que “Si el señor pone un circo… le empiezan a crecer los enanos”.

MUESTREO RANCHERO

En cumplimiento natural de la Limnología (limnología (del Griego λίμνη, límnē, “lago” y λόγος, lógos, “estudio”) se inauguró un nuevo proyecto: El del Lago de Dos Bocas. Ni modo. Ahora, todo indica que la refinería no se hará por temor a molestar a los charalitos y ajolotes de ese espejo acuático.

Después de que ha quedado demostrado que al mandatario le encanta los laudes, maitines y vísperas reiterados cada día. El problema es que, ahora, como el pueblo sabio ya no lo protege, tiene que ser custodiado por un Estado Mayor Presidencial que no existe; viajar en u Jetta disfrazado de 6 camionetas con blindaje 7, y refugiarse –él le llama recibir la anfitrionía de espacios militares- porque donde quiera que se presenta, el pueblo ingrato, en funciones de público filarmónico mexicano, lo recibe con mantazos en la camioneta y silbidos que alude al origen materno y macuspano de su existencia.

El estribillo de la lucha contra la corrupción se cae a pedazos, en particular, porque el “Instituto para robarle al pueblo lo juntado” ya da muestras de putrefacción (por eso se fue Cárdenas); además de que, el 38.9 por ciento de las compras, de acuerdo con el IMCO, se hace sin licitación. O sea, el capitalismo de cuotas y de cuates, en expresión de Denisse Dresser.

En el feudo presidencial, todos se brincan las trancas. Bertha odia a Yeidkol; las dos a Ebrard; los tres a Mario Delgado, los cuatro a Porfirio, los cinco a Batres y todos odian a Gibrán, Attolini, Xóchitl y Ramírez Cuéllar. Y Monreal, no alcanza a apagar tantos fuegos.

El capricho-consulta saldrá en un “ojo de la cara”, mientras las madres y padres de familia con pacientes renales y niños con cáncer… como el chinito: “Na’más milando”

El Chu-chu Maya se ha convertido en la Convención de las Américas: Hay 1,728 invasiones en su trayecto.

Entre protestas y silbatinas, pancartas y plantones de científicos y artistas; de investigadores y estudiosos de posgrado –cosa que les valió a los representantes de MORENA, que no de la gente- de todas formas, los 109 primeros fideicomisos, van a parar a una cuenta sin transparencia ni rendición de cuentas, para que el mandatario siga repartiendo dinero por todos lados.

El tema de Delta provocó el envío de más de 8 mil militares para ver si, por órdenes presidenciales, el huracán se va al rancho del mandatario.

Y para variar, Hacienda mandó por una sonda espacial, las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, sin duda, porque Arturo Herrera tiene otros datos.

Y para cerrar con un maravilloso broche. El mandatario perdió la apuesta: Dijo que si se plantaban 100 mil en el zócalo se regresaría a su rancho… Fueron muchos más… Pero, ya se sabía el presidente no cumplió. Su promesa de “No-Engañar”, volvió por enésima ocasión, a quedar en el mismo lugar donde la atmósfera le hace cosquillas al benemérito.

Así es, en medio de inundaciones y frustraciones, transcurre este pobre México.