DESCUIDO CRIMINAL EN MIGRACIÓN. Por Alejandro Díaz
A la larga lista de fallas de este gobierno (investigar Ayotzinapa, pérdidas de PEMEX, compra fallida de medicinas, recursos dilapidados, falta de obra pública útil, etc.) se agrega la del mal manejo de la migración. Tanto de la nacional que busca ir a los Estados Unidos como la centroamericana o del Caribe que buscan asimismo ir allá pero cruzando por nuestro territorio y asentándose en éste, al menos inicialmente. Ambas han sido mal atendidas a pesar de añejas promesas de solución.
La migración mexicana a Estados Unidos volvió a repuntar a pesar de las promesas presidenciales de que nuestros connacionales encontrarían en el país las oportunidades que no tuvieron en el pasado ‘neoliberal’. Y el trato que presumió se les daría a los que vinieran al país, así fuera de paso, sería modelo del trato que esperamos se de a mexicanos que van tras el ‘sueño americano’. Lo que no se advirtió en campaña, pero sí se realizó ya en el poder, fue que las puertas de la frontera sur se abrieran a quienes quisieran venir.
La llegada de prácticamente todos los migrantes a Estados Unidos se detuvo físicamente ante el largo muro construido a lo largo de su frontera sur, incluso en algunas secciones limitadas por el cauce del Río Bravo. Al mismo tiempo las limitaciones legales se extienden por la presión parlamentaria y por la propia burocracia, reduciendo los cruces legales. Esto ha resultado en largas colas en la frontera que no detienen a los que quieren llegar a ella, ni a quienes vienen en camino.
Tarde, y deficientemente, se intentó controlar nuestra frontera sur. El gobierno no se preparó para la marea humana que llegó, cruzó el país y se estancó frente a la valla norteamericana, dejándolo con un inmenso problema. Intentó constreñir a los migrantes en los llamados refugios, en realidad centros de detención, mientras resolvían qué harían. De esa manera el problema lo heredaron a los municipios fronterizos que se ven forzados a darles precarios alojamientos con su cada vez menor presupuesto… hasta que se dio la tragedia del 27 de marzo de este año. El incendio en un ‘albergue’ en Ciudad Juárez, del que se responsabilizó al titular del Instituto Nacional de Migración sin que hasta la fecha renuncie o procure mejorar la situación de los migrantes.
Ahora, queriendo tapar el pozo después del niño ahogado, el gobierno convoca a un “Encuentro por una Vecindad Fraterna y con Bienestar”, término eufemístico para hablar de Migración. Será en Palenque el próximo fin de semana con la participación de 11 jefes de gobierno, incluyendo al presidente venezolano Maduro que ha forzado la salida de casi 8 millones de su país.
Los problemas migratorios no son exclusivos de Estados Unidos y México, se dan en todos los países limítrofes entre países desarrollados y países en desarrollo: España con Marruecos, Italia con Túnez y Libia, Grecia con Turquía, Australia con Indonesia, Argentina con Bolivia, Sudáfrica con Botsuana y Zimbabue, además de miles de refugiados que huyen de conflictos militares en Siria y Ucrania, directamente o a través de terceros países.
Los retos de la movilidad humana son muy grandes y no se van a solucionar con una reunión internacional a menos que todos los países involucrados se comprometan y cada uno de ellos cumpla el compromiso. La reunión convocada en Palenque parece ser sólo una ocasión más para echar culpas a otros, encontrando culpables en vez de soluciones. La migración tiene sus razones, se requiere entenderlas y darles respuesta entre todos los involucrados en el tema: los países expulsores, los de tránsito y los receptores.