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Distraído en la lucha interna, AN aparece como una oposición desdibujada

Editorial.- Enfrascados en la lucha por el control político del partido, en Acción Nacional la definición de quien encabezará al Grupo de Senadores panistas está detenida, mientras tanto el equipo del presidente electo no corre ¡vuela! en la toma del control de las diferentes áreas del Gobierno Federal.

Siendo el PAN la segunda fuerza política del país, resulta alarmante que en un contexto en el que Andrés Manuel López Obrador no tiene contrapesos en ambas cámaras -la de diputados y la de senadores- el partido sigue en un compás de espera que retrasa la construcción de posicionamientos, estrategias y acciones a tomar como oposición frente al López Obradorismo.

Hasta ahora los liderazgos al interior de AN parecen no tomar en cuenta que la principal responsabilidad política de este instituto, es encabezar los nuevos contrapesos frente a un poder político prácticamente total. Contrapesos que no podrán construirse desde el poder legislativo, sino que deberá pasar necesariamente por articularse con la sociedad civil organizada para garantizar el bien común, lo cual no se podrá lograr si los mensajes que salen del seno del partido albiazul siguen siendo de desunión y lucha mezquina por el control de lo que ha quedado del PAN.

En la nueva etapa de nuestra vida pública, haría mucho bien para la democracia que estuviera presente el PAN como una oposición sólidamente afianzada a una práctica política orientada por los principios de su doctrina humanista, en contraposición al más salvaje pragmatismo político que ya se advierte como sello del nuevo poder hegemónico en México.