Por Alfonso Bravo

El pasado viernes 20 de octubre nos enteramos por los medios de comunicación que el encargado de despacho de la Procuraduría General de la República había tomado la decisión de remover de su encargo al Fiscal Especial Para la Atención de Delitos Electorales, el Doctor Santiago Nieto Castillo.

Santiago Nieto fue designado por el Senado como fiscal en febrero de 2015, desde entonces la persecución de los delitos electorales ha venido cambiando y aquellos a los que les gusta burlar la ley se han encontrado con una fiscalía que los persigue, como muestra basta citar la orden de aprensión librada en contra de quien fue dirigente del Partido Verde y Subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación Arturo Escobar.

A partir de la llegada de Nieto a la FEPADE se ha facilitado la presentación de denuncias con motivo de delitos electorales con el aprovechamiento de herramientas tecnológicas; también se escuchan, durante los procesos electorales, anuncios en radio y televisión que informan sobre cuales son esos delitos e invitan a denunciarlos.

Por supuesto que un fiscal tan activo en combatir las mapacherías de aquellos delincuentes que se especializan en ganar elecciones mediante la violación de la ley le resulta incómodo al PRI-Gobierno ante la elección del próximo año en la cual se eligen la mayor cantidad de cargos públicos en un mismo día en toda la historia.

Dice el dicho que no hay animal más peligroso que un animal herido y hoy estamos ante un dinosaurio que se sabe herido y a toda costa buscará mantenerse en el poder, ante ello solo una oposición madura donde los diferentes actores dejen a un lado sus diferencias en pos del bien común podrá llevarnos al camino de la transformación del sistema político.

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