Por Augusto Díaz.- Los priistas empiezan a saborear la posibilidad de triunfo en el 2018, luego de ver la “tranquiza” que se están metiendo los panistas en el Senado. Con cierto humor bolivariano, el Secretario de Salud José Narro declaró: “Un pajarito me dijo que el PRI gana en 2018”. Habrá que esperar a ver si no se le ocurre pedirle consejos a una vaca, como lo hizo el ridículo dictador venezolano Nicolás Maduro.

Es un hecho que el Grupo de senadores panistas se ha convertido literalmente en un campo de batalla de Gotcha, porque aunque no se están matando entre sí los partidarios de uno y otro grupo, sí se están manchando todo lo que pueden con la acusación mutua de ser unos traidores.

Los llamados anayistas acusan de traidores al moreno Vallista y a los calderonistas de hacerle el juego al PRI y estos a su vez refutan tal dicho al demostrar que por Ernesto Cordero votaron senadores que no están de acuerdo con darle el pase automático al procurador de la República para ser nombrado por nueve años Fiscal General de la República. Del otro lado Roberto Gil ha mencionado que Ricardo Anaya en su tiempo de coordinador de diputados panistas, voto a favor del pase automático que ahora cuestiona, ¿quiénes son los traidores? pregunta a quien han calificado como el panista más priista.

Habrá que ver en que sentido votarán los contras de Ricardo Anaya el asunto de la Fiscalía General, para saber si, como le dijo Gustavo Madero a Javier Lozano, son todos ellos unos esquiroles del gobierno.

En este sentido habría que exigir a unos y otros que velen por el bien de los mexicanos, el cual es superior a sus intereses personales y de grupo.

Si no se privilegia esto en todas las trincheras de lucha, el PAN saldrá tan fracturado que lograr la presidencia de la República será una empresa de cuesta arriba, en donde el ganador de la nominación irá arrastrando detrás de si el pesado fardo de la división panista.

Creo que aún es tiempo de que todos los bandos recapaciten y se decidan a luchar con transparencia y verdadero espíritu democrático, por la nominación del candidato o candidata de AN a la presidencia de la República, pues después de todo, unos y otros van en el mismo barco. ¿A poco no?