El mejor escenario para México
Jesús de los Ríos.- Es increíble cómo, en cuestión de semanas, cambió el escenario político electoral del país, ese dicho de que “el fuerte es fuerte hasta que el débil quiere” se ha ido materializando poco a poco en la candidatura de la oposición, la cual será para Xóchitl Gálvez, una mujer que se ha hecho a sí misma y que ha plantado cara a las ocurrencias presidenciales con inusitada facilidad, al grado en que se ha convertido en una especie de kryptonita para nuestro monolítico presidente.
Del lado del oficialismo, AMLO como elector único de su sucesora, parece ya haber planchado consigo mismo que será Claudia Sheinbaum la candidata, por supuesto, todo disfrazado de una encuesta cuchareada e invirtiendo cientos de millones de pesos del erario en la exjefa de Gobierno para darle una apariencia de popularidad entre la población. En medio de esta operación, López Obrador tendrá que traicionar la promesa a Marcelo Ebrard de que él le sucedería, cosa que no parece preocuparle mucho.
La llegada de Xóchitl Gálvez a la candidatura de oposición descalabra todos los planes del presidente de ganar por paliza la elección de 2024 y mantenerse gobernando, con toda facilidad, a través de Claudia Sheinbaum. De hecho, para la oposición, no hay mejor escenario que enfrentar a la descolorida Claudia, que hasta ahora ha demostrado ser una pésima candidata que tendrá que ser inflada a billetazos y acarreos.
Ante esta falta de evidente carisma de la Dra. Sheinbaum existe aún la remota posibilidad de que sea Marcelo Ebrard el candidato de la 4T, sin embargo, como en otras ocasiones he mencionado, esto implicaría que López Obrador no podría seguir gobernando a sus anchas y que seguramente su proyecto de cuarta transformación se moriría ante un Ebrard mucho más pragmático e inteligente.
Hay varios aprendizajes que nos dejará la ‘elección interna’ de Morena, el más importante es que nos mostró que el presidente usará todo su poder y dinero para imponer a Claudia Sheinbaum. Se está empezando a fraguar un fraude electoral de gran escala operado desde Palacio Nacional para no perder las elecciones, esto, ante el enorme y ahora muy fundado temor de que la 4T y sus principales representantes puedan terminar enjuiciados o en la cárcel por sus múltiples abusos y violaciones a la ley. Los gobernadores de Morena y toda la estructura gubernamental apoyará a su candidata, aunque no quieran.
Por otra parte, la elección de 2024 podría ser la primera en la que, con toda seguridad, llegue una mujer al Poder Ejecutivo, así que podemos decir que hemos madurado un poquito como sociedad. Aunque todo apunta a que será una elección muy cerrada en la que el triunfo se dará por una diferencia mínima, no parece haber una aplanadora como la del 2018. En este caso, y según el exdirigente panista, Luis Felipe Bravo Mena: “tendrá que haber un proceso de negociación entre ambas partes”, nadie podrá gobernar sin este acuerdo. Este sería un primer paso para lograr una reconciliación nacional que “tendría que darse por medio del diálogo, pero aún no estamos en ese momento, hay que empezar a sembrar la semilla a través de instituciones no partidistas que llamen a ese diálogo”, afirmó Bravo Mena.
Sin duda, después de la elección y de la enorme polarización que nos traerá, deberemos de empezar a pensar en la unidad nacional, dejando de lado el actual discurso de odio y separación entre “chairos y fifís”, ese es el mejor escenario para México.