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El PAN y la lucha por la dirigencia

Por Alejandro Feregrino.- 

Cuando Ricardo Anaya Cortés ofreció su conferencia de prensa la noche del 1 de julio para reconocer su derrota y felicitar al ganador, Andrés Manuel López Obrador (Morena-PT-PES), el candidato de Por México al Frente, pareció quitarse la playera de candidato para ponerse –de nueva cuenta- la de dirigente partidista.

Contrario a José Antonio Meade (PRI-PVEM-Panal), quien anunció que se tomaría un tiempo antes de definir su futuro político, Anaya pareció dar un paso al frente, adelantándose a sus posibles detractores al interior del Partido Acción Nacional.

“En la agenda con la que disentimos, encontrará una oposición tan firme y frontal como institucional y democrática” dijo Anaya esa noche, dirigiéndose a López Obrador.

Aunque Damián Zepeda es “presidente en funciones”, Anaya podría retomar el cargo en cualquier momento. No obstante, de acuerdo con sus allegados, no piensa volver a las oficinas de la colonia del Valle.

La pugna por la dirigencia

Días antes del 1 de julio, siete gobernadores panistas lanzaron un comunicado en el que anunciaban su intención de colaborar con el próximo gobierno federal, lo que fue interpretado como un guiño a López Obrador, algo que no cayó nada bien en la campaña del Frente por México.

Esta semana, tras la estrepitosa derrota de acción nacional, seis de ellos exigieron adelantar elecciones para tener un cambio inmediato de dirigencia.

Con Anaya Cortés como su candidato, el PAN vivió su peor derrota en década obtuvo apenas 12 millones y medio de votos y solo 79 diputados federales y 22 senadores; mientras que en el presente período legislativo cuentan con 107 y 29 legisladores, en las cámaras respectivas.

Los mandatarios de Aguascalientes, Martín Orozco; de Baja California Sur, Carlos Mendoza; de Durango, José Rosas Aispuro; de Querétaro, Francisco Domínguez; de Tamaulipas, Francisco García; y de Quintana Roo, Carlos Joaquín, pidieron un proceso que garantice equidad, legalidad e imparcialidad para los contendientes.

Contrario a esta posición, Fernando Palma Gómez, ex integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, asegura que Anaya Cortés debería regresar al cargo.

“Es alguien que dejó muy buen sabor de boca entre los panistas” aseguró en entrevista con Yo Influyo.

Palma Gómez achacó la derrota tanto a los ataques del PRI y el gobierno federal, como a una inercia imparable a favor de López Obrador.

“No se trata de quitar a Ricardo Anaya, al contrario, debemos de reconocer su esfuerzo, ¿tuvo errores? habrá que ver, pero esta ola de enojo y de inconformidad ya venía, y a quien hubiéramos puesto de candidato hubiera ganado López Obrador”.

Sin embargo, pocos comparten la posición de Palma Gómez al interior de Acción Nacional.

Además de los gobernadores, figuras como el senador Roberto Gil Zuarth, el ex dirigente nacional, Luis Felipe Bravo Mena; el exgobernador de Baja California, Ernesto Rufo y el coordinador de los diputados, Marko Cortés, han demandado un cambio de dirigencia.

Los dos últimos incluso manifestaron su intención de contender por la presidencia nacional del partido.

Reflexión y renovación profunda

Entrevistada para este artículo, la senadora Adriana Dávila aseguró que ni Anaya ni Zepeda deben mantenerse en la dirigencia, pero también lamentó la postura de los gobernadores, pues muchos de ellos no entregaron buenas cuentas en sus entidades.

Si bien los ataques del gobierno federal hicieron mella en la campaña –agrega la legisladora-, la coalición con el PRD y el Movimiento Ciudadano resultó ser infructuosa.

“En la propia Comisión Permanente del PAN fui la única que planteó los riesgos de ir a esta coalición… fui la única que no votó a favor”.

La senadora recuerda personajes como Rafael Moreno Valle, Luis Felipe Bravo Mena e, incluso, Margarita Zavala votaron a favor de la alianza con la izquierda.

Por eso Adriana Dávila asegura que el Partido Acción Nacional debe hacer una reflexión profunda para relanzar al partido y no permitir que todo quede en un simple cambio de dirigencia.

“Es el momento de hacer una gran reflexión de cuál fue la responsabilidad de cada quién, de aquellos gobernadores que tienen voz al interior del partido, que sin duda tienen un capital importante pero que cuyos resultados no fueron tampoco los mejores. Habría que revisar cómo respondió cada uno de ellos en sus entidades, valorar el costo político de su desgaste, que es natural”.

“Por supuesto que es necesario hacer un cambio no de dirigencia, yo lo que diría es de reencontrar el rumbo y me refiero no es porque no quiera que cambie de dirigencia, por supuesto que se requiere, pero me parece que es necesario no plantearlo como un simple cambio, es decir, poner a una persona que creemos que sea mejor”

 

Con información de Yi