Entre el 13N y el 27N está el 20 de noviembre
Juan Antonio García Villa.- Fechas de contraste que pasarán a la historia patria contemporánea –o cuando menos quedarán en el imaginario colectivo durante un buen tiempo– ya lo son el 13 de noviembre y el 27 de noviembre. Con la sencillez que ahora se acostumbra, parece que de origen gringo luego de aquel trágico 11S, incluso son conocidas como 13N y 27N, respectivamente.
No se necesita decir más para saber a qué hace referencia cada par de dígitos antepuestos a la letra N. Evocan desde luego una fecha. Pero también algo más. Salvo gran desinformación de lo que hoy sucede, el mexicano común sabe a qué alude una y otra fecha.
Una de esas fechas, referida como la otra al presente 2022 por finalizar, se identifica con la dignidad ciudadana y el valor cívico. Corresponde a una actitud que propone retomar el cumplimiento del deber político, ordinariamente tan olvidado. Alude a la preocupación que provoca caer de plano en el autoritarismo y la antidemocracia, que recuerdan el tormentoso pasado que considerábamos superado.
Esa misma fecha trae a la mente, por igual, el rechazo a ser acarreado, a la dádiva humillante o a los pases de lista. Al ánimo de ser y sentirse libre, al margen de ataduras oprobiosas. Al tiempo que la conciencia reprocha por haber sido omisos, incumplidos en materia de obligaciones ciudadanas.
Conciencia que angustiosamente replantea, una y otra vez, como tratando de encontrar explicación y expiación: ¿Cómo es que fuimos sorprendidos? ¿Quiénes son los responsables de la debacle? Cuando la pesadilla termine –porque más nos vale que termine, y pronto– ¿cómo se exigirá a los responsables que paguen los daños del desastre? ¿Qué medidas será necesario tomar para blindar al país y evitarle que en el futuro caiga de nuevo en espejismos que conducen al abismo?
Ni falta hace precisar a cuál fecha corresponden los datos y características arriba enunciados. Es decir, si están más bien ligados a quienes tienen mentalidad y posición más cercanas al 13N o al 27N. Cada quien llegue a su propia conclusión. Vamos ahora a una curiosa comparación histórica.
Como sucedió en 2022, también en 1910 los días 13 de noviembre y 27 del mismo mes fueron domingos. E igualmente el 20 de noviembre. ¿Qué nos dice este último domingo? Quizá nada en específico, pero sí la oportunidad de hacer un par de comentarios y una reflexión final.
Habría sido ideal que la marcha del 13 de noviembre se hubiera programado para realizarse mejor en un día tan lleno de simbolismo como es el 20 de noviembre. ¡Que además fue domingo! ¡como en 1910! Le comenté lo anterior a un amigo ligado a la organización del 13N y me comentó que esa posibilidad se consideró, pero se tuvo que descartar porque ese día iba a ser la apertura del Mundial de futbol. Ah, bueno.
Todo mexicano sabe, o debe saber, que el 20 de noviembre fue la fecha escogida por Madero para que el pueblo, según se lo pidió en el Plan de San Luis dado a conocer el 5 de octubre de 1910, se levantara en armas. El dato es curioso. En primer lugar porque hasta donde se sabe es la única rebelión en nuestra historia cuya fecha se dio a conocer públicamente y con anticipación. Y que además fue domingo. Como escribe con ironía un historiador: “Levantarse en armas un domingo, como que da flojera”.
Pues bien, dos meses antes, en las fastuosas fiestas del Centenario, el 15 de septiembre de 1910, el viejo dictador Porfirio Díaz parecía fuerte e imbatible. Nada hacía suponer que 66 días después empezaría su acelerado final. Bien pudo haber convocado el autócrata a manifestarse contra la revolución para una semana después del día 20, es decir, para el 27 de noviembre de 1910, como ahora hizo quien ocupa el mismo cargo y también es autócrata, y haber dicho que en la capital reunió a más de un millón de mexicanos que le dieron su apoyo. Nadie entonces le habría creído, como tampoco ahora, salvo los que se quieran engañar. No cabe duda que la historia es circular.