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Estado de Derecho, uno de los principales pendientes de la administración de López Obrador: Diputado Romero Hicks

Ciudad de México a, 04 de abril de 2021.- Fracasado en las estrategias para enfrentar la pandemia, desde la forma para evitar contagios y muertes, hasta la lentísima aplicación de vacunas, pasando por la crisis económica, la muerte de millones de empresas y el desempleo creciente, el gobierno no tiene más alternativa que enderezar las cosas en 2021 y 2022 a riesgo de rezagar a México en el concierto de la naciones.

Ya no caben otros datos o afirmaciones engañosas. Tampoco pretender resolver la crisis a billetazos. O se aplican medidas efectivas y a la raíz de los problemas o el desfasamiento de un lustro será inevitable.

Por esta razón es que la presentación de los Precriterios de política económica se convierten hoy ya no en sólo un trámite, sino la piedra de toque para el futuro de nuestra patria.

El respeto al Estado de Derecho, una de las principales variables que debería considerar el presidente López Obrador en los Precriterios de Política Económica para 2022, no solo para el cumplimiento de sus metas, sino para convencer a la sociedad de que México va por el camino correcto, afirmó el Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, Juan Carlos Romero Hicks.

En el documento entregado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, (SHCP), a la Cámara de Diputados no se toma en consideración serias técnicas del contexto nacional como la baja productividad por la pandemia, la falta de estímulos para el crecimiento y un lento y farragoso proceso de vacunación, razones por demás suficientes para no acompañar los deseos de la Administración Pública que está cosechando lo que sembró.

Romero Hicks dijo que los indicadores fundamentales de los Precriterios son altamente optimistas ante un ambiente interno y externo todavía inciertos, en donde lo que se ofrece no está apegado a la realidad y peor aún, no se garantiza el Estado de Derecho en las acciones de una administración pública que no convence.

En el documento entregado a la Cámara de Diputados, se ofrece un índice de inflación para este año de 3 por ciento, pero que ya tuvo que ajustarlo al 3.7 por ciento. La proyección del tipo de cambio ya lo corrigió al pasar de 19.22 a 20.4 pesos por dólar y para el año entrante considera una cotización de 20.3 pesos por el billete verde.

La tasa de interés para el mercado interno que la había ajustado de 4 a 3.8 por ciento para el 2021, espera subirla a 4.3 por ciento el próximo año.

Se apuesta por una recaudación de impuestos para este año mayor en 68 mil 700 millones de pesos, respecto a lo autorizado en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) para el 2021, con 174 mil millones 300 millones de pesos, sin embargo, no está considerando variables importantes.

Por ejemplo, en lo que llevamos de este año, la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) se quedó “a la mitad” de su potencial en 2020, a pesar de los avances en el combate a la evasión y elusión fiscal.

Otro elemento para considerar es que la Población Económicamente Activa en México registró una disminución de 2.4 millones de personas, al pasar de 57.8 millones en febrero de 2020 a 55.5 millones en el segundo mes del presente año, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo publicados por el INEGI.

Hasta el pasado mes de febrero se contabilizan 2.4 millones de personas fuera del mercado laboral en México, situando la tasa de desempleo en 4.4 contra el 3.6 por ciento, registrado en el mismo mes de 2020.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, la población ocupada se situó en 53 millones de personas, cifra inferior a los 2.7 millones contabilizadas durante el mismo mes del año pasado.

Por otro lado, por segundo año consecutivo, México ya no está dentro de los 25 países más atractivos para recibir Inversión Extranjera Directa (IED). De 2018 a 2020 México disminuyó el flujo de IED al pasar de 33.7 a 29.1 mil millones de dólares y la perspectiva no es nada alentadora si tomamos en cuenta las señales que se están enviando desde Palacio Nacional.

Entre esas malas señales debemos mencionar el clima de polarización nacional, el atentado contra los órganos autónomos, la reforma a la industria eléctrica, la eventual prohibición del outsourcing o subcontratación laboral, la estela de daños que se siguen sintiendo por la extinción de los fideicomisos y la próxima discusión de artículos en materia de hidrocarburos, entre muchos otros cambios de carácter regresivo.

De acuerdo con los agregados monetarios del Banco de México, hay poco dinero en circulación entre la población, el crédito al consumo destinado a las familias mexicanas ha sido muy afectado, pues registró un desplome del 23 por ciento de febrero de 2020 al mismo mes de 2021.

El crédito al sector privado, que incluye el financiamiento al consumo para empresas y la vivienda registró una caída del 6 por ciento, lo que confirma el deterioro del entorno de negocios debido a la falta de condiciones en el país para la expansión económica.

El presidente López Obrador estima el crecimiento del Producto Interno Bruto entre 4.3 al 6.3 por ciento para 2021 pero hay que decirlo con franqueza el verdadero motor está del otro lado del Río Bravo.

El presidente de Estados Unidos ha presentado un plan de infraestructuras con el que espera reactivar la economía de su país, al crear nuevos puestos de trabajo con la modernización de 32,000 kilómetros de carreteras y 10,000 puentes, entre otras acciones relacionadas con el transporte.

Y mientras aquí el gobierno busca para 2022 dar más recursos a su programa social insignia con el que se da empleo a personas que no estudian o trabajan, Jóvenes Construyendo el Futuro, a pesar de que la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades y la opacidad con la que se entregan esos fondos.