“ESTOS SON MIS PRINCIPIOS, SI NO LE GUSTAN, TENGO OTROS” Por Salvador Abascal
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La frase es de Groucho Marx. La cito, a propósito de una declaración, aparecida en X (antes Twitter), que el presidente del PAN, recientemente electo, Jorge Romero, expresó ante una pregunta que le hace el presentador de Código Magenta. En la entrevista, Romero hace gala de sus principios, no los del PAN, sino de los otros, al estilo de Groucho Marx.
Jorge Romero revela una especie de pánico a ser considerado “ultra”, cualquier cosa que eso signifique. En la entrevista dice que el PAN defiende la vida (correcto) pero, acto seguido, afirma que “nunca regresaremos a criminalizar a una mujer”. ¿Regresaremos? Nunca hemos estado allí. Pero es verdad, el lugar de una mujer que aborta no es la cárcel (yo mismo lo he escrito), Es un hecho que en algunos códigos penales de los estados, se les da una pena alternativa a las mujeres que abortan Según el INEGI, hay en todo el país 4 mujeres en la cárcel y 54 hombres.. A quienes se debe criminalizar, es a los actores: médicos, enfermeros, parejas que presionan, etcSin embargo, Romero admite la despenalización del aborto, cuando afirma que es, “además, cosa que ya resolvió la Suprema Corte”. Respecto de la familia, afirma Romero- contra lo que el PAN ha sostenido siempre- que el matrimonio “es aquello que considere cualquier persona que sea” […] “y amar a quien sea”. Lo contrario de esto- dice Romero- “es lo que nosotros (él) consideramos ultra”. Que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer él no lo menciona, no sea que le digan que es “ultra”.
Para poner en contexto esta “otra doctrina”, permítaseme hacer una reflexión sobre los verdaderos Principios de Doctrina de Acción Nacional: ¿De dónde deriva lo ético, la autoridad moral de los Principios? A un principio, le concedemos una autoridad racional y moral a toda prueba, porque se encuentra en el origen de una expresión de la naturaleza, y no hay nada antes de ese hecho. En esto, el PAN siempre ha sido “extremo”, porque siempre ha defendido la dignidad de la vida humana, por su sentido trascendente que es la sacralidad de la vida, dada por Dios, aunque la SCJ haya resuelto que la vida humana no vale nada antes de nacer.
Un principio para el cual no se puedan dar razones, se encuentra desprovisto de legitimidad y de autoridad, porque no tiene un origen racional, ni moral sino emotivista. Puede adoptarse por un deseo, por un propósito arbitrario o por un capricho. ¿Ejemplo?, Una pareja de homosexuales quiere ejercer el “derecho, por estar casada”, de hacer familia y adoptar a un niño. Esa pareja, seguramente no lo sabe el presidente del PAN, NO TIENE DERECHO A ADOPTAR. SÓLO EL NIÑO TIENE EL DERECHO NATURAL PARA SER ADOPTADO, PARA SUPLIR LO QUE LE HACE FALTA Y NO LO SABE AÚN: UN PADRE Y UNA MADRE. Si los Principios se niegan, o se tratan de disfrazar, la vida pierde sentido y tiene nefastas consecuencias: en el mundo real, sobreviene el totalitarismo en la política y ,en el otro ámbito, el social, éste se desestructura: se desprecian la vida, la familia y las virtudes morales y sociales. Sobreviene entonces lo que señalaba Benedicto XVI: “la dulce dictadura del relativismo”. En este pantano está hundiéndose el PAN.