Figurando enemigos
Por Alejandro Díaz.- En el poema “Itaca”, Constantin Kavafis (Alejandría, 1863-1933) lo describe claramente: “… ni a lestrigones(1) ni a cíclopes ni al salvaje Poseidón encontrarás en tu camino si tu alma no los alberga y tu alma no los pone frente a ti”. No hace falta más explicación: lo que alguno ve como obstáculos fantásticos irreales, son producto de su mente y es su mente quien los presenta. Hacer públicas estas fantasías es muestra de alteraciones importantes del comportamiento que deben atenderse.
Un solo caso no ameritaría comentario alguno, pero cuando no sólo es repetitivo sino cada vez con mayor frecuencia e intensidad, si que lo es. Si además el nivel de influencia (y de daño) de quien permite que su mente le haga creer fantasías es alto, la sociedad debe encontrar formas para protegerse. Esto es de especial cuidado cuando esas fantasías son convenientes para encubrir la verdad respecto de algún hecho relevante, o de errores, como fue “el culiacanazo”.
Es evidente que el Presidente es un maestro de la comunicación política aunque no haya realizado estudios formales en esa materia. Sabe cómo atraer, y mantener, la atención de diversos auditorios. Sin dificultad podría emular los largos discursos de Fidel Castro pero prefiere limitarlos aunque repita uno distinto cada mañana. De tiempo atrás, desde el debate radiofónico con Diego Fernández de Cevallos en el año 2000, nos hemos dado cuenta que es el amo para aprovechar el conflicto y la provocación.
No bien comenzaron sus “mañaneras” después de la toma de posesión, él señaló a cualquiera que osara oponérsele como “conservador”, es decir comenzó a definir, más que a adversarios, a enemigos de su régimen. Y no contento con esa calificación de conservadores (a quienes llamó neoliberales, lo que es una contradicción), les arrojó el calificativo “fifí”, usado a principios del siglo XX para describir a quienes poseían riqueza.
A poco del intento de detener al hijo del Chapo Guzmán en Culiacán, viendo la reacción en general de la prensa que no fue de apoyo, la calificó como “prensa fifí”. Más grave aún, como tampoco gustó de las versiones que circularon por las redes sociales, dedicó una mañanera a criticar a quienes según él utilizaron bots para contradecirlo. Señaló a varios que rápidamente lo desmintieron, y por supuesto nunca probó su dicho. Bien que conoce el método para invadir las redes mediante bots. Lo aprovechó por largo tiempo, pero hasta ahora lo denuncia.
Su mayor error hasta ahora ha sido permitir el desgaste de la autoridad del Estado a través de buscar eludir su responsabilidad en los sucesos de Culiacán. En vez de aceptar que el operativo estuvo mal planeado y peor ejecutado, se dio el lujo de que saliera a relucir el nombre de quien supuestamente falló. Con ello dio un nuevo motivo para disgustar a quienes dentro del ejército y la marina lo criticaban por no permitir a los soldados defenderse del maltrato de individuos indisciplinados.
Para intentar remediar lo anterior habló de que en México no había condiciones para un golpe de Estado. ¿De dónde sacó tan curiosa idea? Desde 1935 no ha habido intentos de ello y hasta ese momento nadie hablaba de ello. Si sigue sacando fantasmas de su mente pueden pasar dos cosas: que llegue el momento que harte a una mayoría que supere a su apoyo o que la economía se colapse y le demuestre que no puede evadir la realidad.
Nota (1). Los lestrigones y los cíclopes son personajes míticos descritos en La Odisea. Poseidón es el dios del mar de la antigua Grecia.
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