Fortalezcamos nuestra democracia con hechos
Esther Quintana.- “…cuando lo mucho o poco que avanzamos en la democratización del país está en cuestión, y desde la Presidencia parece que se quiere reconstruir un poder unipersonal y en no pocas ocasiones caprichoso…”.
José Woldenberg
Hoy día nuestra democracia y parece que desde siempre, está enferma, sufre anemia perniciosa, atacada por la corrupción, por el autoritarismo, por la deficiente representación política, por la ineficiencia gubernamental y de ribete por el crimen organizado. La democracia en nuestro país, la de nuestros tiempos, y nomás para refrescar memoria, se origina en una transición que se ha centrado en reformas electorales. Así llegaron, por ejemplo, los diputados plurinominales, el IFE, hoy INE, la alternancia después de 70 años de hegemonía tricolor, con la derecha, y el arribo de un gobierno de izquierda en 20l8. Un pluralismo muy, pero muy tenue, reflejado de igual modo en las relaciones entre los poderes, háblese de formales e informales, con levísima incidencia en los instrumentos de integración social en el ámbito educativo, laboral y de salud.
La llegada del gobierno de izquierda en 2018, hablando en plata pura fue la respuesta de 30 millones de mexicanos a los partidos de siempre, disminuidos por un movimiento fundamentalmente personalista, lo que le dio el tiro de gracias a nuestra enteca democracia. La personalidad de López fue imán, junto con su diatriba de destierro de la corrupción, la salida del ejército del combate al narcotráfico, su “primero los pobres”, entre otras promesas. ¿Y qué tenemos hoy? El populismo a todo lo que da, desperdigado a mañana, tarde y noche en dicharachos y en hechos, la obstinación para no usar una palabra altisonante, en destruir la división de poderes, la irracionalidad como bandera y el protagonismo otorgado a las fuerzas armadas en tareas que ni por asomo les corresponden. Todo lo contrario de lo que vociferó en su campaña.
TE PUEDE INTERESAR: El desafío es salvar a México a punta de votos
Su Guardia Nacional integrada por militares, encabezada por militar… Ah… y su empecinamiento en grado superlativo en negar la legitimidad de sus adversarios políticos. Y la oposición tímida, apenas tocada por algunos gobernadores. Se han visto más las protestas de los padres de familia por la desalmada decisión presidencial de acabar con los recursos para el tratamiento de los niños con cáncer, en nombre de la austeridad republicana. Pero su red clientelar no para de subir, apuntalada en los programas clientelares sin intermediarios. Vieja como la sarna la indecente manera de comprar lealtades ad perpetuam.
Por cuanto al contrapeso democrático que ejerce la sociedad civil frente al Estado, descalifica toda opinión contraria de la población, y se va como energúmeno contra medios de comunicación y organizaciones que defienden los derechos humanos.
Hoy por hoy México tiene el primer lugar por violencia ejercida contra estas personas. Hasta la muerte han sufrido muchos de ellos. Y su ensañamiento con el Poder Judicial es despreciable. Y la última, el adoctrinamiento a través de los libros de texto. Así entiende el “amo” del miedo la democracia. Y está más visto que no tiene escrúpulos. La exhibición grotesca de una campaña electoral que “no lo es”.
El año próximo tendremos elecciones federales, renovación del Poder Ejecutivo y de las Cámaras y el mismo individuo que ha estado desgraciando al país, logró algo impensable, la formación de un Frente Amplio, creado por la sociedad civil organizada, que invitó a tres partidos políticos a combatir con acciones contundentes el “proyecto” vergonzoso de seguir en el poder tras el biombo.
Hoy más que nunca es indispensable revertir déficits democráticos e institucionales, fortalecer las tareas y la independencia de los equilibrios que debe tener el Poder Ejecutivo, garantizar el respeto a los derechos humanos y que prevalezca el Estado de Derecho. Y tarea primaria es cuidar la integridad de las elecciones, o todo esto se va a la porra. Y no es labor sencilla lograr que la gente se sume a este movimiento, porque no tenemos cultura desarrollada en ese campo.
Se necesita pasión, determinación y coraje para no aventar la toalla. Tener este tipo de elecciones primarias, que no existen en nuestra legislación es toda una odisea. El 3 de septiembre próximo tendrán lugar en todo el país. Quienes nos registramos vamos a decir a quien queremos para que encabece los trabajos de El Frente Amplio por México. No nos va a ganar la desidia, y el “a mí que me importa”.
Hay dos mujeres en la recta final, Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes. Tenemos el deber ciudadano de decidir con mente fría y corazón caliente, cual es el perfil que requiere nuestro país para convertirse en una nación del siglo XXI. Espero grandeza e inteligencia de las dirigencias partidistas que invitó, y lo recalcó, la sociedad civil, a participar.
La gran protagonista es la sociedad civil, que tomó la decisión de entrarle de frente a un reto de esta envergadura. La oposición tiene el desafío de reinventarse, de entender que México requiere de un sistema político acorde a una realidad en la que son otras las circunstancias. Es esencial darles esperanza a las nuevas generaciones y comprender sus deseos de cambio, porque les asiste el derecho a ello.El futuro de la democracia en México depende en mucho de esto. De este abrazo entre lo que fue y tiene que irse y el advenimiento de ideas nuevas, que nos fortalezcan como nación. Sería imperdonable quedarnos inmutables y permitir que el país caiga en la oscuridad de una dictadura. Eso quiere, otra dictadura.