Hacia allá vamos si nos dejamos
Por Esther Quintana.-
“Para que triunfe el mal
sólo es necesario que los buenos
no hagan nada”. Edmund Burke.
El 23 de marzo de 1933 tuvo lugar en Berlín una sesión del Parlamento. En la agenda aparecía una iniciativa denominada “Ley del Poder”, esta le permitiría a Hitler promulgar leyes, durante cuatro años, sin interferencia del Parlamento alemán. El edificio en el que celebró estaba rodeado por hombres de la SA y la SS, ambas organizaciones paramilitares del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP) que habían sido designadas para ayudar a la policía. En su discurso incendiario, Hitler intimó a los presentes a elegir entre “La Guerra o la Paz’’. Con 444 votos a favor y 94 en contra, el Parlamento aprobó la Ley del Poder. Esta fue hasta 1945 la base de la dictadura nazi. Hitler como único gobernante y los nazis cambiaron a Alemania tras llegar al poder y convertirse en una dictadura. El uso de medios jurídicos para darle una apariencia de legalidad era cosa de todos los días. Paulatinamente, Hitler socavó la democracia hasta convertirla en sólo una fachada. Durante los 12 años de existencia del Tercer Reich, Hitler fortaleció permanentemente su control sobre el país. Su gran aliado fue el Ejército. En la democracia que usted guste y mande, es una pesadilla tener la capacidad del Estado aglutinada en una fuerza disciplinada y jerárquica, absolutamente distinta a la emanada del gobierno civil y para la sociedad civil. La cultura es absolutamente diferente.
La historia nos da un sinfín de ejemplos de cuando a las fuerzas armadas se les otorgan funciones que no les corresponden. Los militares se corrompen y cometen graves violaciones a los derechos humanos. Allá por los ochenta, los países que habían caído en esa práctica dieron el revire y los sacaron de las casas presidenciales. Y mire usted, hoy día los están regresando y entran por la puerta grande, tienen derecho de picaporte. El Gobierno Federal mexicano ha caído en ese craso error. El Ejecutivo en turno está creando un Behemoth, la monstruosa criatura de Thomas Hobbes, que destruye el orden y hace tiritas el contrato político social. Y es que las fuerzas armadas no están entrenadas para solventar las confrontaciones ciudadanas, usarlos para responder la protesta social es un yerro, empezando porque violenta derechos humanos. ¿Qué parte no entiende el gobierno en turno? ¿O no quiere entender?
¿Por qué los mexicanos no queremos ver lo que es tan obvio? Sobre todo la clase media, porque el de las personas menos preparadas y vulnerables económicamente se explica, igual que el de los ricos sin conciencia social. Pero la media… Vamos más que volando hacia una dictadura… ¿qué no? En un régimen de esa naturaleza la supresión de la separación de poderes es el primer signo, y en México va más allá, se acompaña de la desaparición tajante de cualquier organismo autónomo que le represente un contrapeso; hoy ya van por el INE. Va el segundo signo: al desaparecer la división de poderes, el poder se concentra en el dictador y en su corte de incondicionales, por supuesto bajo la batuta del primero. Tercero, la arbitrariedad: quien decide de manera arbitraria en demérito del orden jurídico y el principio de separación de poderes es el caudillo y su cauda de… usted póngales el adjetivo calificativo, con la finalidad de perpetuarse en el poder.
Cuarto: suspensión del Estado de Derecho, en las dictaduras este no existe, se suspende todo tipo de garantías constitucionales, declarándolo o de facto. Quinto: supresión de elecciones o manipulación de las mismas; el dictador y su élite se atribuyen a sí mismos la capacidad de interpretar las necesidades del pueblo o, simplemente, actúan al margen de sus “representados”. En tal sentido, las elecciones se suprimen o, dependiendo del modelo ideológico, se manipulan para garantizar un único resultado. Es el caso de los países en que el gobierno en turno controla a sus anchas el órgano electoral. ¿Por qué cree usted que quiere desaparecer al INE? Sexto: control y censura de los medios de comunicación. El gobierno ejerce control y censura sobre éstos, con ello vulnera la libertad de opinión y de prensa. Somos el País en el que se han asesinado a más periodistas. Séptimo: ilegalización de partidos políticos; estos son vistos como amenazas, por ende son perseguidos y amedrentados. Octavo: represión de la oposición; para mantenerse en el poder, las dictaduras se van contra todo aquello que les signifique oposición y crítica porque significan amenaza a su permanencia. Ergo, la persecución política, la tortura y la desaparición de ciudadanos son típicos. Algunos de estos “signos” ya los tenemos y otros se están incubando.
Estimados todos, así las cosas. Si decidimos cruzarnos de brazos y no hacer nada, vamos a llorar lágrimas de sangre. Informémonos y hagamos nuestra tarea a toda hora para despertar conciencia. Sumémonos a una organización civil y evitemos que el mal siga avanzando. O usted decida cómo detener la hecatombe que se nos viene. Pero por favor, no se quede de brazos cruzados.