INEXPLICABLE ESPERANZA
Por René Mondragón
A PESAR DE TODO
Circularon cientos de miles de mensajes deseando toda clase de éxitos para este año que comienza. Se saturaron los espacios con buenos deseos y la esperanza para que las cosas marchen mejor que en el incómodo 2020.
Es un tema agradable constatar que nuestro siempre esperanzado pueblo, conserva ese hálito de buena voluntad y santa esperanza en que las cosas cambien para bien, sin importar que los médicos en la primera línea de combate al COVID estén “cayendo como moscas” por el inagotable trabajo, a causa, entre otras cosas, de la irresponsabilidad de muchos ciudadanos a quienes el tema de la pandemia los tiene sin cuidado.
¿HAY ESPERANZA?
Sin duda hay una lucecita de esperanza y eso es bueno. Lo lamentable es que, esa pequeñísima luz está en manos de un solo personaje, a quien, de inicio, tampoco parecen importarle los temas torales que angustian a millones de mexicanos.
Los verdaderos expertos en el tema de salud han sostenido que en México se le da más importancia a la lealtad y la lambisconería, que a los análisis, reflexiones y consideraciones científicas.
En vez de incentivar, como lo han propuesto varios legisladores del PAN, al personal de salud que opera con muchas carencias los hospitales COVID y los hospitales privados en este rubro, a alguien se le ocurrió “contratar” médicos cubanos que, hasta este momento, nadie sabe dónde están, qué hacen o a qué se dedican. Mientras, los médicos mexicanos dejaron la cena de fin de año con sus familias, para ayudar en los hospitales saturados.
PARA REVENTAR LA ESPERANZA
37 mil millones de dólares llegados en forma de remesas, son considerados como “un logro” por la administración federal, cuando ese dinero es de mexicanos que lo envían a sus familias para paliar un poco la resaca entre pandemia y crisis económica brutal, porque aquí, escasea el empleo y aumenta el cierre de empresas. La promesa es que, cuando acabe la pandemia –no se sabe si es cuando acabe con muchos más mexicanos- se recuperarán –sin dar una brizna de evidencia en los “cómos” se pretende lograr ese dicho- el millón de empleos que se han perdido.
VORACIDAD RECAUDATORIA
Aún más. La voracidad para allegarse dinero de dónde sea, ha lastimado a los gobiernos estatales. Nuevo León, Sonora, Chihuahua, Baja California y Nayarit, dejarán adeudos a la banca, por más de 238 mil millones de pesos. El deterioro ya es visible. En paralelo, y para fortuna de todos, el Juez Juan Pablo Gómez Fierro declaró inconstitucional el aumento de entre 407 y 775 por ciento en las tarifas de transmisión que la CFE cobra a los productores privados. En buen romance, ¿se trata de matar a la empresa privada? Parece que ésa es la meta.
En tanto que el INEGI destaca que 11.7 millones de personas quieren trabajar pero no encuentran empleo, hay 2.4 millones que buscaron trabajo sin éxito y otros 9.3 millones que aguardan un mejor momento. Obvio, los Reyes magos tropiezan ya con enormes dificultades. Y aquí, el presidente se entretiene ofreciendo asilo a Assange, ante la posición de Gran Bretaña, para negar la extradición.
En el ínter, Claudia Sheimbaum asegura que “es imposible tomarse un descanso”, pero López Gatell se va a las playas en Pochutla; y en solo nueve meses, los usuarios “congelaron” 1.6 millones de tarjetas de crédito; y Mario Delgado convoca a luchar por la 4T, no por los cargos, las dietas y las prebendas que ofrecen las delicias del poder público.
SUFICIENTES
Como se trata de un apoderarse de la palabra, al presidente le vino bien pedir al INE que le pasara los tiempos de transmisión. Podríamos imaginar el bombardeo de mensajes presidenciales acusando, denostando, afirmando cosas, cifras y datos sin soporte alguno; y amenazando, satanizando y malqueriendo a quienes se le oponen de cualquier manera. Afortunadamente, el INE pintó su raya y dijo que no.
¿DE VERDAD, PODRÍAMOS MEJORAR EN EL 2021?
Sin duda alguna. La decisión está en el voto de los mexicanos, en nosotros mismos, pensando en la gente que más amamos.
De hacerlo así, no hay duda, podremos visualizar un México innovador, moderno, con visión global y de largo alcance, que deje atrás las ocurrencias y el manejo ideológico del arte y ciencia de bien gobernar.
Mis adorables lectoras y amables lectores tienen la palabra.