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¡Jojojo!

Al terminar este año tenía la tentación de volver a ponerme en crítico… pero después de algunas palabras escritas, decidi darle con el cursor para borralas y desearles simplemente ¡Felíz Navidad! y si se puede ¡Un próspero año nuevo! Y recuerdenles a sus seres queridos que “Santa” y el arbolito no son el corazón de la Navidad (¡perdón, no lo pude evitar!). El corazón de la Navidad es EMMANUEL, el Dios con nosotros, a quien pido les traiga bendiciones, armonía, paz, y mucha energía para “darle” pa’ delante en el año por venir.