La Crisis Sanitaria del Sexenio Por Éctor Jaime Ramírez Barba

“Médicos Silenciados y Salud en Emergencia” Crisis 2025
En un giro preocupante que valida nuestras advertencias, la reciente evaluación gubernamental de marzo de 2025 revela un dato alarmante: por primera vez en este sexenio, la salud aparece como la segunda preocupación principal de los mexicanos, solo detrás de la inseguridad. Este fenómeno, no observado desde la pandemia de COVID-19, confirma la severa crisis que atraviesa nuestro sistema de salud.
Durante la pandemia, en noviembre de 2021, los mexicanos manifestaron un temor considerable al contagio: 61% expresaba mucho o algo de miedo a infectarse, mientras 32% percibía contagiados en su entorno. Hoy, enfrentamos una crisis diferente pero igualmente preocupante: el desmantelamiento sistemático de nuestras instituciones sanitarias.
Los datos hablan por sí mismos. En el segundo trimestre de gobierno de la presidenta Sheinbaum, los servicios de salud figuran entre las áreas peor evaluadas, evidenciando un creciente deterioro que no puede ser ignorado por más tiempo y la percepción que dedicará menos del 41% de sus esfuerzos en mejorarla.
Directores Sacrificados por Denunciar la Verdad. El caso reciente que más indigna es el del doctor José Juan Godínez Montaño, destituido como director del Hospital General de Ensenada por alertar sobre condiciones que “ponen en riesgo la vida de las personas”. Su oficio, dirigido al secretario de Salud de Baja California, denunciaba falta de medicamentos esenciales, insumos de curación, personal insuficiente y equipo descompuesto.
Este no es un caso aislado. En Comitán, David Gutiérrez Mijangos fue separado de su cargo por el simple hecho de solicitar insumos médicos y denunciar el despojo de equipo y personal. Más recientemente, en Macuspana, Tabasco, otro director fue cesado por improvisar un “casco cefálico” con una botella de plástico para salvar la vida de un bebé ante la falta de equipo médico adecuado. ¿Es así como el gobierno responde a quienes, desde la primera línea, defienden el derecho a la salud? ¿Silenciando a quienes señalan la verdad?
El prestigioso Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, referente latinoamericano en atención cardiovascular, enfrenta una grave escasez de insumos. Desde el 25 de abril, se ha visto obligado a restringir los cultivos microbiológicos esenciales para prevenir infecciones en pacientes sometidos a cirugías cardíacas debido a la falta de reactivos. Esta situación es particularmente alarmante considerando que el presupuesto del instituto ha sufrido una disminución del 6% para el ejercicio fiscal 2025, mientras las necesidades de atención aumentan.
El 10 de febrero pasado, el personal médico del Instituto Nacional de Cancerología y familiares de pacientes se manifestaron ante la falta de medicamentos y la ineficiencia en los tiempos de consulta. Un drama silencioso que afecta a miles de pacientes oncológicos. Desde la Cámara de Diputados, he presentado múltiples iniciativas para abordar estas deficiencias. El 21 de enero de 2025, presenté una proposición con punto de acuerdo para exhortar a las Secretarías de Salud y de Hacienda a implementar acciones específicas para la atención integral de la Diabetes Mellitus Tipo 1. En esta iniciativa señalamos que, mientras se asignaron $913,951,377.00 para el Programa de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, no existe una asignación específica para la atención de la Diabetes Tipo 1, dejando a miles de mexicanos sin la atención especializada que requieren.
También impulsamos reformas a la Ley General de Salud para reconocer la obesidad como enfermedad crónica y garantizar su atención integral, fortaleciendo la detección temprana y el acceso a tratamientos multidisciplinarios.
Mientras el sistema de salud se desmorona, el gobierno presume de programas como “Agua Bienestar”, vendiendo garrafones a precios subsidiados de cinco pesos. Una estrategia que, si bien puede aliviar momentáneamente la crisis hídrica, no aborda las causas estructurales de la enfermedad ni fortalece nuestro deteriorado sistema sanitario.
Las cifras y los hechos son contundentes. El sistema de salud mexicano sufre un deterioro sin precedentes que ya no puede esconderse detrás de discursos triunfalistas ni programas asistencialistas. Hago un llamado urgente a las autoridades federales para atender esta crisis con la seriedad que merece. Los mexicanos no necesitan directores despedidos por denunciar la verdad, necesitan hospitales equipados, personal médico respetado y un abasto suficiente de medicamentos e insumos.
Desde el Congreso seguiremos alzando la voz. La salud no es un privilegio, es un derecho constitucional que estamos obligados a defender.