LA DESESPERACIÓN LLEGÓ
Por René Mondragón.- TRASPIÉS PROFÉTICOS. Hace ya varias lunas, en este mismo e inmerecido espacio que gentilmente se otorga al escribano, se formuló una profecía: Si existe algo que pueda destruir y desmoronar a la 4T, en todos y cada una de sus acciones ideologizadas, no es la ultra derecha, el empresariado, la academia, las familias que carecen de ingresos y están torpedeadas por la falta de medicamentos, o la falta de competitividad y educación que prepare al país para tener mayor presencia en la comunidad internacional en temas de desarrollo económico o innovación.
Todo esto ya sucede en el México de hoy. Pero, a pesar de ello, de la serie de fracasos acumulados en todos los terrenos, libros de texto incluidos, los discursos de ventrílocuo de la doctora, las goteras en el Metro o tener el único aeropuerto -como dice Beatriz Pagés- que no tiene aviones, nada de esto frenó la sinergia de la permanente campaña electoral desde Palacio.
En aquellos momentos, este escribano profetizó: Lo que va a romper la unidad en el plan presidencial, será en dos momentos: Uno, cuando el menguante poder del mandatario anuncie el principio del fin; y dos, a partir del momento en que -cumpliendo con la más rancia tradición priísta- el presidente designe a quien le sucederá en la silla, porque entonces, el señor ya no mandará ni en su casa y aquellos que le juraron amor eterno, se alejen de su lado para ver si el nuevo ungido los cobija.
CONFESANDO LA EQUIVOCACIÓN
El escribano confiesa con acre pena y dolor, que se equivocó.
Los escenarios del momento adelantaron muchas cosas. De inicio, es mentira que Xóchitl Gálvez sea un globo que se desinfla, como dice don Epi Ibarra, porque con todos sus ataques velados, cínicos o vertidos por la señorita esa que no sabe leer al exponer supuestas mentiras, es el mismo presidente quien la sigue colocando en la parte central de la opinión y el posicionamiento público.
A un tiempo, todo mundo se ha dado cuenta que la corcholata favorita no levanta y es una burda repetición de su patrón, con todo el dineral invertido en acarreos, comilonas, bardas, tiempos pagados en los medios impresos y electrónicos. Frente a Xóchitl, la doctora se difuminó.
Lo peor para la causa presidencial llegó, ante la verborrea de Mario Delgado y las denuncias de Marcelo Ebrard exigiendo piso parejo y que cesen los acarreos y el apoyo del gobierno a doña Claudia.
Entre Marcelo y la panista Xóchitl evidenciaron la fragilidad del adhesivo de los leales con la 4T. Agréguese por favor, las ingenuidades -en mi pueblo le dicen a eso más feo- de Marx Arriaga y del otro esbirro del chavismo ante los infumables libros de textos que no son gratuitos, desataron el enojo de los padres de familia en todo México.
Habrá que agregar el cúmulo de torpezas de las mañanas: igual que Noriega, el locochón presidente de Panamá durante 1983 y 1989, el señor se pone a cantar, dice poesías -que no es lo mismo que declamar-; se victimiza por violencia de género contra su persona y le mienta la madre a cualquier cosa que se mueva o que él mismo interpreta que es conservador y en consecuencia, enemigo acérrimo.
Por eso y aunque no se disculpó de la falta de respeto y de un pésimo chistorete, ante la pregunta de los reporteros para conocer su opinión sobre los jóvenes de Lagos de Moreno, se volvió exhibir pretextando sordera.
Todo eso, colocado en el mismo recipiente, predice una terrible crisis al interior de los dominios del macuspano. Todo su plan se está desmoronando.
En opinión de este amanuense: El riesgo grave para los mexicanos radica en que, sintiéndose solo y en medio del desmoronamiento de sus proyectos, se le vaya a ocurrir ordenar a las fuerzas armadas que dejen un rato la construcción, la albañilería y las ocurrencias, para poner a todos en el mismo redil.
De verdad… ojalá este escribano se equivoque.