La disciplina y la necedad frente al Covid-19
David Agustín Belgodére.- Varias veces me he preguntado: ¿Por qué países como Alemania, más allá de su sistema de salud, han logrado hacerle frente al Covid-19 y nosotros no? R.- La alemana, a pesar de ser una sociedad que hoy vive, en todos sentidos, niveles de libertad más grandes que los nuestros, es una sociedad que vivió la conmoción de la guerra. Una sociedad que conoce la guerra, tiene, como consecuencia, más disciplina.
En las naciones sin disciplina, hay muchos ciudadanos que no entienden las virtudes de la soledad, por eso, a pesar de ver los ejemplos de España e Italia, donde tanto énfasis se hacía al quédate en casa, como al no hagas o recibas visitas, el mexicano se niega a entenderlo, aunque en esos dos países las visitas en casa ocasionaron una cantidad muy importante de los contagios. No hemos vivido una guerra y no entendemos la gravedad de lo que pasa. Somos incapaces de entender e incluso el amor en tiempo de crisis. En las guerras los soldados son esperados con ansias por sus familias y por sus amadas, pues éstas entienden dos cosas: El sacrificio que hacen y que fueron a luchar por un bien mayor.
Somos un pueblo que adora la sociabilización, el relajo y la compañía, y eso no está mal, pero que no entiende que la renuncia a todo eso a veces es necesaria y que en el sacrificio hay de mucho amor, en verdad mucho.
Los doctores y las doctoras, los enfermeros y las enfermeras, nos están poniendo el ejemplo, pues por amor a ellos, antes que nada, a sus familias y a su comunidad, están renunciando a estar con los suyos. Ellos entienden que en tiempos de guerra o de pandemia, el estar puede tener más componentes de egoísmo, que de amor. Pues el amor se vive distinto en la adversidad, que en la normalidad
Visitar o recibir a alguien que nos quiere ver hoy es un riesgo latente y eso lo entienden las sociedades disciplinadas, no las sociedades necias. Aquí le damos un valor de amor al egoísmo, pues pensamos que la persona que quiere vernos es la que más nos quiere, cuando en estos momentos las personas que se abstienen de vernos son las que más lo hacen. El soldado que está en la guerra no le pide a la mujer que ama que vaya a verlo en medio de un bombardeo, al contrario, le pide que se resguarde y se cuide, pues desea, al final de todo, verla bien; pues su disciplina, forjada en las dificultades, le enseñó a darle otro valor al amor y al sacrificio.
Lo que pasó en Ecatepec fue el ejemplo de la necedad: Una familia que no entiende que en estas crisis la información es un tesoro, no una obligación, irrumpe en un hospital, graba y fustiga al personal y lo acusa de “matar a los enfermos”. Les aseguro que por sus mentes nunca pasó la idea del enorme daño que se están haciendo como familia y a la sociedad, estando en áreas comunes, con personas que han tenido contacto con el Covid-19, exponiendo a infecciones a ellos y a aquellas personas que decidan saludar o visitar mañana.
Sin duda esa fue una cadena de necedad, que en nada ayuda a combatir al Covid-19.