La Eutanasia a escena… otra vez
“No deben hacerle el trabajo sucio a la muerte” Papa Francisco
En junio 25 de 2018 al dirigirse a los alrededor de 300 expertos que participaban en la Asamblea General que la Pontificia Academia para la Vida el Papa Francisco citó: “El mal intenta persuadirnos de que la muerte es el final de toda cosa, de que vinimos al mundo por casualidad y estamos destinados a acabar en la nada. Al excluir el prójimo de nuestro horizonte, la vida se pliega sobre sí misma convirtiéndose en un bien de consumo”.
En noviembre de 2022 el diputado guanajuatense Emmanuel Reyes Carmona del partido Morena y Salomón Chertorivski de Movimiento Ciudadano presentaron una iniciativa de ley para establecer como materia de salubridad general a la “muerte digna o eutanasia”, proponiendo la creación de un registro nacional de cuidados paliativos y muerte digna sin dolor; agregando la “muerte digna sin dolor” a los pacientes en situación crítica o terminal, con lo que desvirtúa y confunde ambos términos. Propusieron además adicionar un segundo párrafo al artículo 312 del Código Penal Federal para establecer que dicho artículo no aplicará sanción para quienes participarán en la realización de la “muerte digna sin dolor”, el dictamen se bajó de la sesión donde se discutiría y está pendiente de dictaminación.
El pasado martes 10 de octubre de 2023 se presentó otra iniciativa encabezada por Emmanuel y ahora diversas diputadas y diputados de MORENA, PRI, MC, PVEM y PRD en “muerte digna y sin dolor”. Ahora plantean introducir la “Eutanasia” como materia de salubridad general en la Ley General de Salud (LGS); eliminando el artículo 166 Bis 21 que establece la prohibición expresa de la eutanasia; e incorpora un nuevo Título Octavo Ter “De la eutanasia”, donde a través de varios ordenamientos busca establecer las condiciones y mecanismo para llevar a cabo eutanasia. La iniciativa justifica su propuesta en la “autonomía de la persona para decidir sobre su vida”.
Al saltar a escena la eutanasia otra vez, hago algunas consideraciones a continuación:
Frente a la eutanasia se encuentra el ineludible deber del Estado de proteger la vida y la salud de toda persona. La autonomía personal o derecho para decidir de la persona sobre su vida, no es un derecho absoluto. De ser así existirían otros derechos como la posibilidad de vender sus propios órganos o aceptar voluntariamente la esclavitud. La tutela de la vida humana es un deber que no puede relegarse a la moral particular o privada de cada uno.
No se puede querer la libertad o autonomía solo para sí mismo, ya que no hay ser humano sin los demás, somos una comunidad. Nuestra libertad o autonomía personal queda siempre conectada a la responsabilidad por todos aquellos que nos rodean y la humanidad entera. La vida en sociedad nos obliga a someternos y a aceptar las normas y las leyes que en ningún momento son cuestionados como límites de la libertad o autonomía personal.
La propuesta pretende convertir a la eutanasia en un derecho exigible para el enfermo a una muerte rápida; en muchos casos, para su familia en una salida más cómoda, o para algunos médicos en un recurso sencillo que ahorra tiempo y esfuerzos, y para el sistema público de salud en una intervención de óptimo cociente costo/eficacia.
La eutanasia es uno de los temas que genera encendidas discusiones en los ámbitos médicos, éticos, religiosos, sociales y por supuesto jurídicos. No está alejada de posturas opuestas y visiones diversas que difícilmente permiten acuerdo general al respecto.
Desde mi punto de vista, es deber del Estado proteger a todos los que pueden verse privados del derecho fundamental a la vida especialmente ante la vulnerabilidad que implica la enfermedad. La opción por la eutanasia es una derrota social, de la medicina y profesional ante el problema de la enfermedad y la muerte.
La LGS ya tutela la muerte digna de manera indirecta a través de la “Voluntad Anticipada”, que sirve para evitar la obstinación terapéutica y acceder a cuidados paliativos, que evitan dolores y sufrimientos.
Plantear como opción al sufrimiento humano la muerte, nos deshumaniza y muestra el fracaso del sistema de salud; que lejos de eliminar a los enfermos débiles y sufrientes, debería dedicarles los mejores esfuerzos y recursos disponibles, precisamente porque son los que más los necesitan.
La propuesta coloca al personal de salud, particularmente a los médicos tratantes como instrumentos de muerte, no obstante que el médico tiene como función salvar vidas.
Por último, el PAN considera que el derecho a la vida es inviolable por ser fundamento de todos los demás derechos que debe ser respetado, garantizado y protegido por el Estado.
***Desde el “Espacio X” digo: “Xóchitl Va!”