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La inseguridad se desborda

Por Marcos Pérez Esquer.- El pasado 17 de julio, el diario Reforma publicó los resultados de una encuesta que realizó junto con The Washington Post sobre la aprobación del Presidente López Obrador. La pregunta central fue: ¿aprueba o desaprueba la forma como AMLO está haciendo su trabajo como Presidente?

El ejercicio revela que la aprobación del presidente ha caído sensiblemente de marzo hacia acá, ya que, de andar en niveles de 78% de aprobación, hoy está en un 70%. Aún así, la aprobación sigue siendo alta para un presidente, sobre todo si consideramos que antes, allá por noviembre de 2018, llegó a bajar a 68%. Visto así, podríamos decir que ha mantenido sus niveles de aprobación en muy altos rangos. Sin embargo, habría que ver cual es la razón por la que de marzo a julio bajó 8 puntos en su aprobación.

Cuando se desagrega la encuesta, vemos que hay preguntas que revelan que el presidente sigue contando –a pesar de todo- con la confianza de la mayoría de la población. Por ejemplo, cuando se pregunta si el presidente está siendo exitoso o está fracasando en mejorar la situación de los pobres, un 53%, contesta que está siendo exitoso y un 37% señala que está fracasando. Cuando se pregunta respecto del combate a la corrupción, casi la mitad, un 49% señala que va bien, en tanto que un 39% expresa su desencanto.

Dejando de lado la realidad y los datos duros, lo cierto es que toda esta gente piensa que el presidente va bien en estos temas, por lo tanto, no son estos temas los que hacen que el presidente haya caído 8 puntos de marzo a la fecha.

Los temas que empiezan a preocupar sobremanera a la ciudadanía, son justo los que tienen que ver con la inseguridad. Y no es para menos. Cuando se pregunta respecto del trabajo de AMLO en materia de combate al crimen, un 52% señala que está fracasando y solo 36% lo aprueba, en tanto que, cuando se cuestiona sobre la reducción de la violencia, un 55% de la gente indica que está fracasando y tan solo el 33% sigue confiando en su desempeño.

Si bien las encuestas miden la percepción de las personas sobre ciertos temas, es innegable que en esto le asiste la razón a esa mayoría. En sus primeros siete meses de gobierno, López Obrador no ha logrado contener los índices delictivos, de hecho la violencia sigue en aumento.

Estos siete meses han sido los más violentos de la historia de México, al menos desde que hay registro de estos datos.

En estos primeros siete meses se acumulan más de 20,000 homicidios dolosos. La cifra es escandalosa, significa que en nuestro país se asesinan 95 personas diariamente, y si separamos el mes de febrero pasado, tenemos que se asesinaron a más de 100 personas cada día, a 102 para ser más precisos.

Estas cifras son 6% superiores a las del mismo periodo del año anterior, y eso que el 2018 es considerado el año más violento que se haya registrado. Lamento decirlo pero todo indica que este 2019 podría ser peor.

La organización Semáforo Delictivo señala que nuestro país presenta una tasa 5 veces superior a la tasa mundial en materia de homicidios dolosos.

Pero otros delitos de alto impacto como el secuestro y la extorsión, también se están desbordando. En los primeros cinco meses de 2019 el secuestro se incrementó en más del 36% respecto del mismo periodo de 2018; tan solo en la Ciudad de México de 9 secuestros ocurridos en los primeros cinco meses de 2018, pasamos a 31 en 2019, un incremento de casi el 250%, y por lo que hace a la extorsión, las cosas están aún peor ya que en el primer trimestre de 2019 hubo un 60% más extorsiones que en el primer trimestre de 2018.

Si a todo esto agregamos que el gobierno no cuenta con una verdadera estrategia de seguridad pública (la Estrategia Nacional de Seguridad Pública que envió al Senado para su aprobación, es una auténtica vacilada), y que la Guardia Nacional está siendo utilizada para contención migratoria, y que además, la única corporación policiaca que gozaba de cierto prestigio en México, la Policía Federal, está siendo desmantelada y sus elementos maltratados y manifestándose en las calles, no vemos cómo las cifras anteriores podrían empezar a revertirse.

Pero hay un dato aún más preocupante. En el primer trimestre de 2019 solo se incautaron 4 kilos de cocaína, cuando en el mismo periodo de Peña fueron 1331, y con Calderón 1469. ¿Significa esto que estamos volviendo a los tiempos en los que se pactaba con el narco? De ser así, sería gravísimo, estaríamos en la antesala de la construcción de un Narco-Estado.