LA MENTIRA MÁS PERVERSA. Por Alejandro Díaz
La Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto 2024 recortando lo que les ordenó el okupa de Palacio sin incluir ni un peso para rescatar y reconstruir Acapulco, así como los municipios aledaños. A pesar de sufrir la mayor destrucción natural del sexenio y de carecer de mecanismos para financiar el auxilio como era el FONDEN, ni el Presupuesto 2023 ni el 2024 prevén forma alguna para apoyar las labores de limpieza, higiene y prevención de enfermedades, imprescindibles de inmediato para poder comenzar las labores de reconstrucción de calles y edificios.
El Presupuesto 2024 ignoró completamente la tragedia de la zona costera de Guerrero. Quizá porque fue elaborado antes del impacto del huracán y bajo la directriz de ‘no mover ni una coma’, la minuta quedó en forma insensible y nadie se atrevió a introducir corrección alguna. Otis y la destrucción de Acapulco no fueron considerados por un temor reverencial absurdo a la autoridad suprema, igual de insensible que el del okupa de Palacio.
Los habitantes afectados no se van a quedar con los brazos cruzados. Si como parece, no pueden contar con el apoyo de autoridad alguna, será imprescindible el apoyo solidario de organizaciones de la Sociedad Civil para rescatarlos. Ya hay muchos voluntarios civiles, no militares, repartiendo tiendas de campaña, comida, agua, cubetas, garrafones, medicinas, etc., todas aportadas por particulares. Organizan la entrega de ayuda coordinándose con vecinos y voluntarios locales. La ayuda federal y estatal se requiere, pero su ausencia no impide que voluntarios y donantes contribuyan a aliviar el sufrimiento de la población. Mientras las autoridades rumian su burocracia, la Sociedad Civil actúa sin otro interés que aliviar el dolor causado por el huracán, también facilitado por la falta de previsión gubernamental y por la respuesta oficial más que reumática.
Sin el apoyo ciudadano el problema sanitario puede volverse una catástrofe. La falta de agua dificulta ciertamente la higiene, pero la basura y los animales muertos no recogidos son una inmensa amenaza a la salud pública. Pueden desatarse epidemias que agravarán la tragedia que sufren los habitantes de Acapulco y municipios vecinos ya por dos semanas. Se requiere atención sanitaria urgente.
El Presupuesto 2024 no sólo hizo a un lado a las poblaciones de Guerrero asoladas por el huracán Otis, también redujo rubros imprescindibles para el bien de la Patria: Educación, Salud, Seguridad, Turismo, Apoyo a Estados y municipios, Organismos Autónomos y Poder Judicial. Sólo beneficia al gasto corriente y a entes que demandan recursos sin límite: PEMEX (básicamente para el pago de su deuda), la refinería de Dos Bocas, los distintos Trenes (Maya, hacia el AIFA, Transístmico y el de Toluca), el disfrazado apoyo a becas y a grupos poblacionales. Estos rubros demandan tantos recursos que no les bastó recortar los realmente importantes, y recurren a un mega endeudamiento: 1.9 billones (millones de millones) a pesar de la promesa de campaña del okupa de no endeudar las finanzas públicas. Una herencia ingrata para el futuro.
Desviaron miles de millones de pesos que no contribuirán a mejorar los servicios públicos, perjudicando a todos, pero en especial a los más pobres, grupo al que se dice oficialmente que quiere atender primero. Su lema de ‘Por el bien de todos, primero los pobres’ se ha vuelto la mentira más perversa del sexenio.
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