La relevancia de la comunicación política
Esther Quintana.- El próximo miércoles 7 de junio estaremos conmemorando en nuestro país el Día de la Libertad de Expresión, fecha instaurada desde 1951 para ello. En el marco de esta conmemoración, es importante subrayar que los gobiernos están obligados a proteger el derecho de libertad de expresión. Dicho esto paso a compartir con usted que tan generosamente me lee, algunas reflexiones sobre la comunicación política. Se trata de una asignatura de estudio desde que tenemos conocimiento de la civilización humana. Así de antigua es, y es que establecer procesos de comunicación es un elemento sustantivo que tienen todos los regímenes políticos. Sin comunicación no hay política. La comunicación política, apuntan los expertos, es “…una sub disciplina que emerge del encuentro de la comunicación y la ciencia política con la finalidad de estudiar la forma en que la información se difunde e influye en la política y en el intercambio de mensajes entre los políticos, medios de comunicación y el público general”. Lo que define a la comunicación política es la generación de narrativas que no únicamente informen a la sociedad si no que la persuadan a participar en la cosa pública. Este proceso no siempre es terso dado que hay diferencias de opinión y también de intereses y hasta de ideologías. De ahí que la política siente las bases de la comunicación y gestión a través de normas jurídicas, es decir con carácter obligatorio. En política definir posiciones es fundamental, desde el individuo y desde el cargo de autoridad. Y esta última guardando congruencia con el proyecto político.
A través de la comunicación política se abre una puerta para que los ciudadanos puedan transmitir sus necesidades, expectativas y preocupaciones a quienes están en el cargo de autoridad para que tomen cartas en el asunto. En la política, ganarse la confianza de las personas es relevante para desempeñar cargos públicos y generar bien común. No es simple lidiar con temas sensibles para la población, de ahí la relevancia de escuchar más y hablar menos. Las dotes de mediador de un político valen oro puro.
Como campo interdisciplinario es riquísimo porque conjuga las ciencias sociales, la comunicación estratégica y los estudios de los medios de comunicación con la política y el gobierno. Las técnicas y estrategias de la comunicación política facilitan el crear, conformar y distribuir mensajes que influyan en el proceso político, abarcando líderes políticos, responsables de las relaciones públicas, redactores de discursos, funcionarios, ejecutivos de campañas, consultores políticos y toda la gama de profesionales que se requieren en este campo. Y algo más, es un campo de investigación académica. Permite a los profesionales de esta área estudiar la relación entre los tres procesos de la comunicación política, a saber; la producción y transmisión de mensajes, el contenido y la recepción e interpretación de dichos mensajes.
La comunicación política se ha convertido en un proceso indispensable para el espacio político contemporáneo, toda vez que ofrece el preámbulo de la opinión pública. Me explico, se genera a partir del tema de interés, luego los medios de comunicación se encargan de difundir la información relativa y finalmente los interesados se forman un criterio y se apertura el debate. Y al gobierno le sirve como pauta para actuar y producir estrategias y políticas públicas ad hoc.
Ya hemos apuntado a grandes rasgos lo que es la comunicación política, ahora expresaremos LO QUE NO ES. Empiezo. No todo los que se difunde en la política es comunicación política. Hay, infortunada e indignantemente prácticas como “la propaganda oscura”, de la que se valen algunos pseudo políticos, verdaderos mercanchifles, sinvergüenzas, vividores, lacras de este oficio tan noble, para convertirlo en algo vil y nauseabundo. Con este adefesio “siembran” mecanismos negativos para amedrentar, amenazar la vida y dañar la imagen de sus opositores. Esto es propio de regímenes fascistas. El objetivo de la propaganda oscura es destruir a su competidor político a como dé lugar; eliminar sus posibilidades más allá de hechos políticos ¿cómo? con provocaciones, amenazas, burlas, mentiras, acusaciones sin fundamento todos los días, verbi gratia, en circos como el que tiene montado el ombligo de las Mañaneras. Se trata de destruir la vida política y social del adversario; de borrar al opositor más allá de los comicios electorales. Esto no se logra de la noche a la mañana, es práctica de denostación continúa. Al individuo que hoy desgobierna a este país se le da esta porquería de manera natural. Desacreditar sin pruebas partidos, personas, organizaciones, es lo suyo. Es ejemplo de cinismo en toda su deleznable expresión, típico de dictadores. Es un controlador de masas, porque así concibe a sus gobernados, como un montón de carne y huesos sin inteligencia, sin dignidad, a la que le puede contar toda suerte de sandeces y se las compran, porque los tienes ahorcados con las cadenas de la dependencia eterna. Y cuenta también con cómplices con mucho poder económico. Pero México es mucho, pero mucho más que eso. Nos vemos en las urnas.