Naucalpan de Juárez, México, 9 de julio de 2019.- La renuncia de Carlos Urzúa, como Secretario de Hacienda y Crédito Público, significa que el gobierno federal de Morena continúa con su desmoronamiento por la falta de proyectos reales de administración, basada sólo en la ocurrencia del Presidente y sin planes específicos para lograr empleo e inversión sino lo contrario como la cancelación del aeropuerto de Texcoco.

El Partido Acción Nacional en el Estado de México no celebra esta dimisión, por el contrario, pero es claro reflejo de un gobierno con tintes dictatoriales en que las decisiones sólo las determina un hombre a nombre de un país, que cada día se acerca a una crisis económica.

Al igual que Germán Martínez Cázares, ex titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMMS), hoy Urzúa se va con un NO al Presidente por la intromisión a su labor, pero sobre todo a la toma de decisiones políticas-económicas sin el fundamento que las haga sustentables y que están dañando la economía de México.

Al igual que con Martínez Cázares, la renuncia de Urzúa sólo marca el perfil del gobierno federal, que no acepta críticas y las decisiones van tomadas en el interés de sacrificar la economía, los programas sociales existentes para favorecer programas clientelares electorales.

La renuncia de estos funcionarios son daños al país que el Presidente debe valorar y ya asumir su rol de Jefe de Estado.