Liberar recurso, no reclusos
Marcos Pérez Esquer.- En las difíciles condiciones de emergencia sanitaria en las que nos encontramos, y ante la crisis económica que la misma desatará, el gobierno sigue sin un plan razonable para hacerle frente, y lejos de ello, insiste en sus proyectos inviables, y toma decisiones tan absurdas como comprar campos de beisbol o liberar de la cárcel a delincuentes menores, como los narcomenudistas por ejemplo.
Es increíble, pero el lunes pasado el Congreso de la Unión rompió su propia cuarentena para aprobar este asunto que nada tiene que ver con la emergencia sanitaria del Covid-19. En vez de aprovechar la ocasión para impulsar una ley de emergencia económica y sanitaria, o para liberar recursos para la crisis, decide liberar reclusos.
Con el riesgo que ello significa para la salud, el Senado decidió sesionar para aprobar el proyecto de ley que el Presidente de la República propuso en septiembre del año pasado a la Cámara de Diputados, y que dicha Cámara habría aprobado en diciembre.
Se trata de la Ley de Amnistía. Ya habíamos hablado de esto en este mismo espacio desde julio de 2018 cuando el entonces Presidente electo y su equipo ya hablaban de esta propuesta. Desde entonces decíamos que perdonar delincuentes no es la vía para resolver los graves problemas de inseguridad que vive nuestro país. Al contrario, la solución pasa necesariamente por combatir la impunidad. Y para ello, es indispensable fortalecer las instituciones de seguridad y de justicia.
Argumentan que la ley permitirá hacer justicia a reclusos en situación de alta vulnerabilidad, como las personas en condiciones de pobreza, de discapacidad, o pertenecientes a pueblos indígenas, que no tuvieron una adecuada defensa. Sin embargo, para erradicar este tipo de injusticias también es indispensable fortalecer las instituciones, en este caso la Defensoría de Oficio, pero peor aún, en realidad el proyecto no privilegia la solución de este tipo de problemas sino la liberación de narcomenudistas.
Como lo oye, este proyecto, que contrariamente a lo que nos han querido hacer creer ahora, nada tiene que ver con el problema del coronavirus, terminará liberando de la cárcel a esos delincuentes que abordan a nuestros jóvenes en los antros, o a nuestras niñas y niños afuera de las escuelas, para iniciarlos en las drogas y convertirlos en sus clientes. A esos delincuentes, que ciertamente en muchos casos son personas en situación de pobreza, se les perdonará, para que vuelvan a los lugares de reunión de la juventud y a las escuelas a seguir envenenando a nuestras niñas y niños. La pobreza es muy lamentable, pero desde luego no justifica ni otorga derecho para algo así.
Ya se empieza a entender por qué López Obrador decía que el coronavirus nos había venido “como anillo al dedo”. Con el pretexto de la pandemia, está impulsando sus viejos proyectos, disfrazándolos de soluciones frente a la crisis sanitaria. Ahora dicen que liberarán reos por razones humanitarias, para que no se contagien en el interior de los reclusorios, pero el proyecto es muy anterior a la existencia misma del Covid-19 y nada menciona a ese respecto.
Otro delito que de acuerdo a la ley ameritará amnistía es el robo simple sin violencia. Pero resulta que al tratarse de una ley federal, sólo aplicará respecto de robo al patrimonio de la Federación (pero no al huachicol, porque ese ya es delito grave), sino a cualquier otro robo al gobierno. Revisando las estadísticas de los procesos penales, vemos que se refiere prácticamente sólo al robo de energía eléctrica, a los que ponen “diablitos” vaya. Es difícil imaginar cómo ayuda la liberación de este tipo de delincuentes a la seguridad pública o sanitaria, pero bueno, así están las cosas.
Otro delito es el aborto, pero resulta que no hay una sola mujer procesada por ese delito en el fuero federal. Solo hay 12 hombres acusados de auxiliar en la práctica de un aborto, o de haberlo provocado a golpes. Esto quiere decir que se aprobó una ley con supuestos que no le aplican a nadie. Pura demagogia. Igual sucede con el delito de sedición, del que tampoco hay casos a los que les aplique la ley, aunque ésta expresamente hable de perdonar la sedición, o con el de homicidio en razón de parentesco, que lo constriñen al caso en el que el sujeto pasivo sea un no-nato, pero eso no es homicidio, es aborto.
La ley contiene muchos errores técnicos y de interpretación como estos, así como redundancias, artículos innecesarios, y sobre todo, demagogia, pero aquello en lo que sí tendrá impacto, será en liberar narcomenudistas, en perdonar a quienes envenenan a nuestras niñas, niños y jóvenes, en eso sí será eficiente. Bonita cosa.