MENTIRAS VÍA SPOT
Marcos Pérez Esquer.- Con motivo del tercer informe de gobierno, el presidente de México está aprovechando la oportunidad que le da la ley para aparecer en spots de radio y televisión exponiendo sus -supuestos- logros de gobierno.
La ley lo permite así cada año durante unas semanas para que, precisamente con motivo de sus informes anuales, los servidores públicos puedan hacer ese tipo de promoción personalizada. Lo que la ley no contempla es que esos spots se puedan utilizar para mentir, eso ya es otra cosa.
Una batería de 13 versiones de spot nos está recentando la presidencia a través de todas las estaciones de radio y televisión. Insisto, además de lo tedioso que eso llega a ser para radioescuchas y televidentes, está también lo molesto que resulta. Molesto porque a nadie le gusta que le mientan tan descaradamente y en la cara.
Hay un spot que alude a la austeridad republicana señalando que la presidencia antes gastaba 3 mil 600 millones, y que ahora solo gasta 600 millones. Como si no supiéramos que basta instruir a las diversas dependencias que paguen los gastos de la presidencia, para que estos bajen… en apariencia. Pero más allá de lo contable está lo de fondo. ¿Cómo hablar de austeridad si se despilfarra en proyectos faraónicos pero inviables como el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas (a los cuales le están aumentando el presupuesto en ¡160 mil millones de pesos!), pero al mismo tiempo no hay recursos para medicinas, incluyendo medicinas para niños con cáncer, o para arreglar las escuelas a las que están regresando las niñas y niños en plena tercera ola de la pandemia y que en muchos casos no cuentan siquiera con energía eléctrica, agua potable o una línea telefónica de emergencia?
Ejemplos de lo que se despilfarra en necedades este gobierno los hay por doquier, y ejemplos de aspectos en los que debería invertir y no lo hace también. Eso no es austeridad, es austericidio.
Hay otro spot, que me parece aún más cínico, ese donde dice que ahora se respeta la libertad de expresión. Olvida el presidente que en este país han sido asesinados 43 periodistas y 68 activistas de derechos humanos en lo que va de su gobierno, por lo que especialistas como Jan-Albert Hootsen, representante del Comité para la Protección a Periodistas en México, señalan que este “es el país más mortífero para periodistas”, o Jesús Peña Palacios, representante adjunto en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, denuncia que somos “uno de los países más peligrosos para el periodismo y la defensa de derechos humanos”. Pero peor aún, el presidente olvida que él mismo ha sido una amenaza a la libertad de expresión; olvida que no hace mucho mandó decir a sus opositores que se callen o se vayan del país. 667 intelectuales, periodistas y activistas publicaron un desplegado reclamándole esa amenaza. Olvida que periodistas como Carlos Loret de Mola ha tenido que montar su medio de comunicación fuera del país por las constantes amenazas e intentos de censura, o que influencers como Chumel Torres fueron despedidos de HBO por presiones de la presidencia de la República, o que Ángel Verdugo tuvo que salir de Grupo Imagen por lo que calificó de presiones de AMLO que “rayan en lo criminal”.
Hay otro spot donde habla de que se ha gobernado con honestidad. Pero lo cierto es que la corrupción ha seguido galopante. Ahí están los casos de Bartlett (y su hijo), Rocío Nahle, Ana Gabriela Guevara, Carlos Lomelí, y claro, los hermanos del propio presidente. Pero, además, el INEGI reporta que la corrupción aumentó en 16% en trámites de gobierno, y el promedio de las “mordidas” aumentó en un 64%. El IMCO informa que el riesgo de corrupción en instituciones federales aumentó en 59%, y que más del 80% de las compras de gobierno se hacen por adjudicación directa. El 99.8% de las denuncias por corrupción siguen impunes. Valiente honestidad.
En otro spot presume el apoyo a la juventud, pero sin tomar en cuenta hoy hay más jóvenes que ni estudian ni trabajan de los que había antes de iniciar su gobierno, y que la pésima gestión de la pandemia ha obligado a muchos a dejar los estudios, lo que, según la UNESCO, podría conducir a una “catástrofe generacional”.
Y así se sigue el presidente con otros nueve spots en los que en el mejor de los casos alude a medias verdades, cuando no a sendas mentiras. Ya la consultora SPIN ha ventilado que el presidente ha acumulado la friolera de 61 mil afirmaciones falsas en lo que va de su gobierno. Parece que con los spots del tercer informe, está sumando otras trece más.