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MÉXICO BAJO ASEDIO

Marcos Pérez Esquer.- A dos años de la victoria de López Obrador, los resultados no resultan nada halagüeños, de hecho, su gobierno ha puesto a México bajo asedio.

Las pésimas decisiones del gobierno en materia económica han sacado a México de la lista de países más atractivos para invertir y frenaron el crecimiento hasta llegar al -0.1%. De acuerdo con los pronósticos más serios, esas decisiones, aunadas al mal manejo de la pandemia, harán que México decrezca en 2020 en más de un 10%, y generarán más de 12 millones de nuevos pobres.

En materia medioambiental se han tomado decisiones radicalmente contrarias a los compromisos que nuestro país ha asumido en los tratados internacionales y en sus propias leyes, al implementar políticas que fomentan el uso de combustibles contaminantes (fósiles) a costa de las energías limpias (eólica y solar, principalmente).

En cuanto a la salud, se desmanteló el sistema de protección social en salud (seguro popular), pretendiendo sustituirlo con el INSABI, pero sin los mismos resultados; en tanto que el sistema de seguridad social contributivo carece de lo indispensable, como los medicamentos para la atención del cáncer en infantes. La irresponsable administración de la pandemia ha convertido a México en uno de los cinco países más afectados del mundo. En México tenemos un índice de letalidad superior al 12%, mientras que en el resto del mundo es del 5%. Para colmo, cuando el Conacyt logra producir un ventilador, lo denominan Éhecatl “4T”, es decir, en su miseria humana, hasta con los convalecientes lucran políticamente.

En materia de educación, la 4T resolvió devolver a las mafias sindicales el control del magisterio, en compensación por su apoyo político-electoral. El costo de esta decisión para el futuro de México, es inconmensurable.

En lo social, se desmanteló el sistema de estancias infantiles, y se regatean recursos a los refugios para mujeres víctimas de violencia, así como para las alertas de violencia de género contra las mujeres, justo en un momento en el que este tipo de violencia va en alarmante aumento. A cambio, se crean grandes programas asistencialistas y opacos, con claros fines clientelares.

El grave problema de la inseguridad sigue incrementándose con esa irresponsable política a la vez omisiva y permisiva, que se ha dado en llamar “abrazos, no balazos”. Últimamente hemos vivido los meses más violentos de que se tenga memoria desde que se hacen estadísticas de ello, hace más de 20 años.

En materia de política interior las cosas van de mal en peor. El gobierno se ha dedicado a promover una política de división entre los mexicanos que ha venido a acentuar las diferencias e incluso los resentimientos y que será muy difícil de restañar. El golpeteo permanente del Ejecutivo contra los otros Poderes y órganos autónomos lacera la división de poderes, el equilibrio que debe haber entre ellos, y el sistema de pesos y contrapesos. Se desmantelan instituciones a diestra y siniestra. El Ejecutivo ha emprendido un proceso de concentración de poder, y se ha colocado como jefe máximo y prácticamente absoluto de su partido político. Se ataca constantemente tanto a la oposición, como a los medios y periodistas independientes, con lo que se vulnera la libertad de expresión, el derecho a la información y la libre prensa. La democracia mexicana está en vilo.

En cuanto a política exterior, lo que destaca es la indignante sumisión de López Obrador frente a Donald Trump. Ha puesto a la Guardia Nacional a disposición del vecino del norte, para actuar como su policía migratoria, poniendo en serio riesgo la soberanía nacional, y además, ignominiosamente le acata instrucciones en temas como el T-MEC, Evo Morales, o la reciente visita a Washington.

Lejos de erradicar la corrupción, la 4T la ha exacerbado. El INEGI reveló que en 2019 la corrupción creció casi en un 16%, y el costo de la corrupción en trámites (las mordidas, pues) aumentó en un 64%. Según el IMCO, casi el 80% de las compras de gobierno se realizan sin licitación. El INAI señala que el número de respuestas a solicitudes de transparencia que niegan la información creció en un 265%; todo mientras nuevos escándalos de corrupción e impunidad se acumulan.

La 4T ha puesto a México en vilo, pero ya tiene también la clave de cara a los próximos comicios, destaparán viejos actos de corrupción -ciertos o inventados-, acusarán a diestra y siniestra (Lozoya, Duarte, García Luna, Zerón, etc.), y taparán el sol con un dedo. Al fin y al cabo son expertos en manipular la opinión pública, en eso sí son muy buenos.