México, mal en investigación, productividad e innovación (2)
Por Rafael Morgan.- Jorge Fernando Negrete, Presidente de Digital Policy & Law, en su columna en Reforma del 7 de diciembre pasado, expone que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organizó la Octava Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, en la que “se definieron la Agenda Digital y la Declaración de Montevideo para fortalecer las actividades de cooperación regional en materia digital”, como respuesta a las inquietudes sobre los efectos que las tecnologías están ocasionando en las economías de los países, en la competitividad, en el medio ambiente y en el desarrollo social y personal de los habitantes.
La Agenda Digital se refiere a la urgencia de que se logre la conectividad de banda ancha para aprovechar plenamente los beneficios del internet; igualmente exhorta a gobernantes y empresas a implementar “políticas, agendas y planes de transformación digital…”, así como “promover la transformación digital de la agricultura, la salud, la industria manufacturera, el turismo y la movilidad…” esto es, ir hacia una economía digital para no quedarnos atrás de otros países que ya están en la nueva generación 5G, o que están avanzando y superando la tecnología 4G, a la que apenas está llegando México en forma muy irregular, pues mantiene centralizadas y controladas la banda ancha y con costos muy altos, con lo que han impedido que las empresas promuevan la conectividad con internet para todos los mexicanos.
Urgen en México investigación e investigadores, ya sea en el sector público, en las empresas o en el sector académico, que se dediquen a la búsqueda de alternativas para generar energía verde. Véase el caso de la electroquímica, “rama de la ciencia que explica cómo las reacciones químicas crean electricidad”. En el periódico The Wall Street Journal, en artículo reproducido en Reforma el 9 de los corrientes, narra cómo una estudiante de secundaria, Sadia Kabir, “se sintió fascinada” por el hecho de que las reacciones químicas crean electricidad; se puso a estudiar y ahora ya tiene un doctorado en electroquímica de los nanomateriales; toda una tecnología para obtener mejores baterías de almacenamiento de energía y mejorar los procesos industriales para obtener energía no contaminante. Se trata de profundizar en la utilización de hidrógeno para producir energía; convertir el dióxido de carbono en energía y aprovechar los químicos por electrólisis (¿cómo explicar esto al presidente de México para que impulse la investigación de estos temas, aunque sean neoliberales y lograr una economía digital?).
México ya estaba atrás en muchas de estas materias que estamos recibiendo ya desarrolladas, pagando derechos al país o al investigador que las ha inventado, pues en México es poco lo que inventamos, nos conformamos con saber utilizar esas innovaciones de la 4G y ahora de la 5G en telecomunicaciones, espectro radioeléctrico, robótica y adelantos como la inteligencia artificial.
A los mexicanos les asombró el escándalo de la ministra a la que se acusa de haber plagiado su tesis profesional, pues bien, con la inteligencia artificial se pueden elaborar las tesis que se quieran sobre los temas que se escojan y no va a haber plagio, pero esas tesis no serían tuyas, sino del dispositivo electrónico que se haya utilizado. La inteligencia artificial es posible porque con el programa Chat GPT-3 se recopilaron millones de datos y conceptos en tal forma que, como expone Juan Enrique Cabot en Reforma del 10 de febrero, esos programas ya tienen millones de usuarios y ya viene la chat GPT-4 “que puede pasar exámenes de maestría en negocios” y ya aprobó exámenes para practicar medicina en China e Inglaterra”; urge que nos pongamos al día para no quedarnos atrás en materias como “medicina, cómputo, productividad” e innovación, que crean nuevos empleos y nuevos productos; urge mejorar la educación, estimular las inteligencias de estudiantes sobresalientes e investigadores y no limitarlos en sus becas, presupuesto y menos en sus ideas.
Adriana Malvido, columnista de El Universal, el 8 de febrero explica que le hizo 25 preguntas al programa de la inteligencia artificial Chat GPT y le sorprendió la velocidad de respuesta, pues el “Chat GPT es un modelo de lenguaje entrenado con enormes cantidades de texto en internet”.
Y aquí, México todavía gastando toneladas de papel, sin sistemas digitales, sin programadores y sin investigadores en ciencias innovadoras.