No más mirones de palo
Esther Quintana.- Los últimos 30 años, el gobierno le ha quitado a Pemex, vía impuestos y derechos de aprovechamiento hasta el 130 por ciento de sus utilidades. Y recalco, a los ojos de un contador, Pemex hoy está quebrada y endeudada, y es porque el gobierno ha vivido en gran parte de los ingresos petroleros. Tiene pasivos de 217 mil millones de dólares y lastra dos años de grandes pérdidas. Ojo, se encuentra en un sector que vive un cambio de época y no se preparó para enfrentarla. Me explico, sus emisiones de óxido de azufre se han incrementado en un 18.7 por ciento y las de dióxido de carbono en 6.8 por ciento. Subrayo, el gobierno ha podido financiar su déficit en la recaudación de impuestos a través de los ingresos y el endeudamiento de la paraestatal.
Y hay una realidad amarga, que mientras no haya una reforma fiscal, el gobierno tendrá que seguir dándole respiración artificial a la empresa. Pudiera ser una empresa rentable, pero hoy día se sigue perdiendo dinero y aumenta la deuda para mantenerla respirando. Suena ilógico que se importe la mayor parte de las gasolinas que se consumen siendo un país petrolero, pero así es. Apunto asimismo, que la extracción de petróleo continúa siendo un gran negocio, no así la refinación y áreas de la petroquímica, en las que se ha perdido mucho por décadas. Pero el preciso está amachado a construir una refinería. Y si a todo esto le suma la ineficiencia y las toneladas de corrupción junto con su siamesa, la impunidad, que campean en la paraestatal, pues estamos aviados. Y nada de esto ha cambiado.
El presidente simplemente de esto no habla, y mejor, porque para escuchar la ristra de sus “otros datos” amarrados con mentiras. Como su negativa a aceptar que es una tragedia el derrame ocurrido en el Golfo de México, y antes de eso el silencio sepulcral. Y propio de su talante, remató mandado a los académicos de la UNAM, expertos en el tema, al carajo, por andar opinando de asuntos que no saben.
Y si nos vamos al asunto de la seguridad pública, pues andamos del nabo. Vamos como los cangrejos, pero según el iluminati, México es la antesala del paraíso. Del 26 de mayo al 15 de junio de 2023 se levantó la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI. Está recién salida del horno. Correspondiente al segundo trimestre de 2023. Su objetivo toral es “realizar estimaciones en torno a la percepción de la población sobre la seguridad pública en su ciudad. La encuesta tiene representatividad nacional y se enfoca en el ámbito urbano. Además, genera información para la toma de decisiones de política pública en materia de seguridad. La cobertura conceptual abarca la sensación de inseguridad, las expectativas sobre la tendencia del delito, la atestiguación de conductas delictivas o antisociales, el cambio de rutinas por temor a ser víctima del delito, la percepción del desempeño de las autoridades de seguridad pública, los conflictos y conductas antisociales, el desempeño gubernamental, la frecuencia de movilidad, los hogares víctima o con algún o alguna integrante víctima de robo y/ o extorsión, víctimas de corrupción y las víctimas de acoso o violencia sexual”.
He aquí los principales resultados: Las ciudades con mayor porcentaje de población de 18 años y más que se siente insegura fueron: Fresnillo (92.8 por ciento), Zacatecas (91.7 por ciento), Ciudad Obregón (90.3 por ciento), Ecatepec de Morelos (87.6 por ciento), Irapuato (87.3 por ciento) y Naucalpan de Juárez (87.2 por ciento). En junio de 2023, 68.6 por ciento de las mujeres y 54.8 por ciento de los hombres consideraron que es inseguro vivir en su ciudad.
Hoy día existen lugares invivibles, pueblos fantasmas, abandonados por sus habitantes y convertidos en sitio de operaciones de los diferentes cárteles a los que la política de “abrazos y no balazos” del que desgobierna México, les ha entregado. Y la gente que se tizne, como dicen en mi rancho. En Venezuela hay tres mafias dominantes: la del gobierno, la del mercado negro y la de las organizaciones criminales. Gracias a Hugo Chávez y a su pupilo Maduro, la tierra del Arauca, rica y próspera, se convirtió en un infierno dominado por la miseria y el miedo. Y vamos que volamos si le permitimos al iluminati y a su gavilla que sigan extendiéndose como metástasis a lo largo y ancho de la República.