Proteger la Salud de los más vulnerables.Por Éctor Jaime Ramírez Barba
¿Quién podría ser más vulnerable que un recién nacido? EJRB
El derecho humano que toda persona tiene a la protección de la salud se consigna en los tratados internacionales y en nuestra Constitución Política, el máximo ordenamiento al que deben apegarse, en última instancia, todas las acciones del Estado. Esta directriz se enfatiza aún más cuando se trata de garantizar la salud de los más desprotegidos, y, ¿quién podría ser más vulnerable que un recién nacido? Esta pregunta debe ser reconsiderada por el gobierno de Morena que se ha declarado humanista en múltiples ocasiones y sin embargo, frena las iniciativas que pretenden hacer efectivo el derecho a la salud para los más vulnerables.
Usualmente se le da poca atención a la salud a los recién nacidos y prematuros, a pesar de que México ha suscrito numerosos acuerdos multilaterales en los que se compromete a proteger la salud de los más pequeños. Como ejemplo, permítame citar una de las metas del “Objetivo 3 buena salud” de la agenda 2030 sobre el desarrollo dostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la cual señala de manera textual “Para 2030, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1,000 nacidos vivos, y la mortalidad de niños menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1,000 nacidos vivos”.
La meta es nuestro país esta lejos de lograrse, de los 44 países de la OCDE que reportaron tasa de mortalidad infantil en 2021, México ocupó el lugar 40 con 12.7 defunciones de niños menores de un año por cada mil nacidos vivos, tan sólo delante de Sudáfrica, India, Indonesia y Colombia. Además, datos del banco mundial señalan que en 2021 en nuestro país se presentaron 13.2 muertes de menores de 5 años por cada mil personas en ese grupo de edad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que actualmente los nacimientos de bebés prematuros son la principal causa de mortalidad infantil. La prematuridad se entiende como el nacimiento que ocurre antes de completar las 37 semanas de gestación, y existen diversos grados: microprematuros (nacidos antes de las 26 semanas con un peso inferior a 750 gr); extremadamente prematuros (nacidos antes de las 28 semanas, peso entre 750-1.200 gr); muy prematuros (nacidos entre las semanas 28-31, peso entre 1.000-2.500 gr); moderadamente prematuros (nacidos entre las semanas 32-36, peso entre 2.000-3.000 gr) y prematuros tardíos (nacidos entre las semanas 34-36, peso alrededor de 3.000 gr).
En México, la Secretaría de Salud en 2022 reportó que 200 mil bebés nacieron prematuros en el país, condición que puede traer como consecuencia daños en diferentes órganos, entre ellos el cerebro, corazón, intestino, riñones, tubo digestivo y sistema respiratorio, así como en el desarrollo de vasos sanguíneos de la retina, lo que genera miopía y retinopatía.
La prematuridad es una de las primeras causas de parálisis cerebral, discapacidades motoras y sensoriales, y problemas pulmonares, entre los que destacan la displasia broncopulmonar y el síndrome de dificultad respiratoria, entre otras enfermedades. Además, ocasiona problemas emocionales tanto para el niño prematuro como para la madre. En el caso de las muertes registradas en niñas menores de 1 año de edad derivadas de enfermedades respiratorias graves, la tasa fue cercana al 17%, según datos del INEGI.
Además, las primeras horas de vida de los recién nacidos son de vital importancia, pues es cuando se producen los cambios necesarios para la adaptación al medio extrauterino, por lo cual se deben seguir los protocolos de atención a niñas y niños en el periodo neonatal. Dichos protocolos recomiendan prevenir la pérdida de calor en el neonato, vigilar la respiración, profilaxis, detección de malformaciones congénitas y lesiones consecutivas al parto, entre otras acciones.
Conscientes de la responsabilidad que implica la protección de la salud de los más pequeñitos, desde la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobamos en fechas recientes una iniciativa para reformar la Ley General de Salud en materia de atención a los bebés prematuros, cuyos objetivos primordiales son: incorporar condiciones especiales de inmunización en las acciones para la atención materno-infantil; implementar los mecanismos necesarios para garantizar la atención integral de los recién nacidos prematuros, mediante el acceso a la información e inmunización; y promover las acciones necesarias para la nutrición a fin de procurar su crecimiento y desarrollo.
Este escribidor está comprometido con esta causa y confío que, con el apoyo de la sociedad, mis compañeras y compañeros legisladores en el pleno, avanzaremos hacia un México donde la salud y el bienestar de los más pequeños estén garantizados. Porque recordemos: proteger la salud de nuestros niños es proteger el futuro de nuestra sociedad. Mantendré informados a todos los interesados sobre los avances en este esfuerzo colectivo.
#SALUS #PREMATURIDAD #LEGISLACION #RECIÉN NACIDOS
Éctor Jaime Ramírez Barba es médico especialista en cirugía general, certificado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública, y es diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXV Legislatura.