¿Qué hacer con…? (3)
Por Rafael Morgan
a) Los miles de jóvenes (47% según la Auditoría Superior de la Federación), que no han regresado a la escuela después de la pandemia, más los que se retrasaron en su educación por la falta de equipo de cómputo en sus casas o en la de los maestros, más aún, con el retraso que sufrieron por no saber manejar bien el equipo electrónico tanto maestros como alumnos. Para agravar la situación, los nuevos libros de texto no sólo son pobres en enseñanza de matemáticas, lectura y nuevas tecnologías, sino que además son tendenciosos y pregoneros de las ideas del gobierno en turno y con una visión de la historia nacionalista a ultranza. De por sí, el País ya está retrasado en competitividad, nuevas tecnologías y en eficiencia, en tal forma que recuperar el tiempo perdido se antoja casi imposible en el corto plazo, se tardaría entre 8 y 10 años, según afirma Francisco Miranda, titular de la Unidad de Evaluación Diagnóstica de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación en El Universal del 22 de noviembre.
b) ¿Qué hacer con…? La saturación que sufre el Instituto Mexicano del Seguro Social, tanto en atención de médicos, enfermeras y personal de servicio, como en instalaciones hospitalarias, ambulancias y medicina especializada. El problema hace crisis mayormente en la falta de medicamentos, lo cual se agrava con la integración del Instituto de Salud para el Bienestar al IMSS; ya el 29 de diciembre El Universal reportó que el desabasto de medicinas era de 25.39% en todo el país, sin que el Insabi pudiera precisar qué productos está entregando y cuáles no distribuye y menos en qué estados faltan los más necesarios como son los medicamentos contra el cáncer, los de hemodiálisis y enfermedades degenerativas. Además, en cuanto a inversiones, según Reforma del 21 de diciembre, ante un presupuesto de 6,824 millones de pesos sólo se habían invertido 1,254 millones, quedando pendientes más de 5 mil millones de pesos sin invertir en hospitales y equipamiento. Así, el “sueño alucinógeno” de contar con un servicio de salud “como en Dinamarca” se ve muy, pero muy lejano.
c) ¿Qué hacer con…? La contaminación ambiental en México, con una zona metropolitana con millones de habitantes que respiran y sufren un ambiente tan contaminado, que durante varios días de cada mes se rebasa el índice máximo tolerable; con un Pemex quemando miles de toneladas de gas que no puede procesar y con los miles de barriles de combustóleo que producen en sus refinerías pues no pueden refinar el petróleo crudo pesado, combustóleo que no tiene mercado en el extranjero y tampoco tiene dónde almacenarlo; con una CFE que está quemando millones de toneladas de carbón y del combustóleo que le endilga Pemex, así como con la terquedad de no permitir que la iniciativa privada produzca energía solar y eólica, arguyendo que la energía sobrante de esas empresas le cuesta más cara que la energía contaminante que está produciendo, y además, que esa energía limpia sobrante no tiene regularidad ni continuidad, lo que le ocasiona dificultades en su procesos. La energía solar y eólica siempre ha sido más barata que la energía fósil y el proceso de integración siempre tendrá solución.
México tiene años contaminando lagos, lagunas, ríos y depósitos subterráneos renovables y no renovables, cuyo costo de limpieza y aprovechamiento es cada día más caro, además de su agotamiento ante las sequías recurrentes. México tiene años destruyendo sus bosques, maderables y no maderables, afectando flora y fauna y desapareciendo especies, algunas irrecuperables. México tiene años contaminando playas, esteros, bahías y mar abierto, no sólo con los derrames petroleros, sino con la basura que por toneladas se arrojan al mar, destruyendo también los recursos pesqueros tan indispensables y necesarios para millones de mexicanos que de ellos viven. Por todo ello, México no está en condiciones de cumplir con los Acuerdos de París ni con los Compromisos recientemente contraídos con la COP-27.
Y además de todo lo anterior, ¿Qué hacer con…? Los múltiples bloqueos de carreteras, trenes y calles, y con las protestas constantes ante las dependencias gubernamentales.
¿Qué hacer con…? La deuda de Pemex de 105 mil millones de dólares y con sus contantes pérdidas y déficit.
¿Qué hacer con…? La ineficiencia en el gobierno que se refleja en los problemas del metro, en la baja productividad de las refinerías y la incompetencia de los funcionarios públicos.
¿Qué hacer con…? ¿Y con…?