¿Qué molestó en realidad a Madero y a Javier Corral?
Por Augusto Díaz
Gustavo Madero vió frustada su aspiración de llegar al Senado de la República. En la lista del PAN de candidatos a Senadores Plurinominales quedó fuera, lo cual provocó la reacción de su jefe político, Javier Corral Jurado, quien expresó en el Consejo una fuerte protesta que trascendió a los medios de comunicación. Por supuesto el afectado también expusó públicamente su descontento con esta situación y afirmó que impugnará dicha lista.
Llama la atención ver, como los desplazados del poder argumentan razones ideológicas, principios de docttrina, temas legales, para no expresar lo que en realidad está en el fondo: protestan única y nada más por que no fueron favorecidos, porque de haber quedado incluidos serían, en estos momentos de los actores políticos más convencidos del talante democrático de Ricardo Anaya, los cinco tomadores de decisiones dentro de la cúpula del PAN y la propia lista de candidatos a senadores de representación plurinominal del PAN.
Como cada tres años, las posiciones no alcanzan para todos los aspirantes y en esta ocasión menos, toda vez que debido a los acuerdos derivados de la coalición, hubo que repartir también con los aliados PRD y MC.
Luego de que trascendiera la protesta de Corral y que muchos medios especularan sobre la posibilidad de que el gobernador de Chihuahua fuese a parar al Frente Morenista de AMLO, el propio político chihuahense se encargó de aclarar que no ha roto con el frente, ni con el exjefe nacional panista y hoy candidato a la presidencia de la República. Con esto el gozo de Felipe Calderón y demás antianayistas se fueron al pozo. Y en cierto modo la estratégia mediatica fruto de este hecho perdió su poder.
¿Qué molestó en realidad a Madero y a Javier Corral? ¿que esté incluido Miguel Ángel Mancera en la lista?, no parece ser esta la razón, pues siendo amigos políticos de gente como Emilio Alvarez Icaza (representante de una minoría escandalosa de izquierda) lo que les “raspó” no es el signo político del aún jefe del gobierno de la Ciudad de México, sino simple y llanamente que a Gustavo Madero no le tocó su tajada del pastel en el senado de la República, al cual creyó tener acceso, luego de que se reconcilió con Ricardo Anaya Cortés.