¿Quién demonios te crees que eres, Andrés?O. Por Esther Quintana
“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas”. Albert Camus.
Hablar de democracia no implica realizar los trabajos de Hércules, hablar de transformación, de austeridad, de que el país es Jauja, de que la seguridad pública es un sueño vuelto realidad, tampoco requiere esfuerzos, basta con ser cínico, mentiroso, arrogante, acomplejado y camorrista de condición.
Andamos por la calle de la amargura en la solventación de derechos básicos, como son la salud, la educación y la seguridad pública ¿De dónde diablos saca, el individuo que cobra como presidente, que vamos en tren de lujo?
La realidad está ahí, desnuda, porque no hay vestimenta que la cubra. La corrupción sigue in crescendo y la impunidad no se diga, aunque todas las mañanas afirme lo contrario.
Verbi gratia, en el ámbito de la seguridad, México se sitúa en el punto más alto de violencia de su historia, como nunca campea a lo largo y ancho de la república. Todos los días los medios dan cuenta de los delitos perpetrados por la delincuencia organizada y la incompetencia de la autoridad para ponerles un hasta aquí. Se empecinó en militarizar a las fuerzas civiles para combatirla, nomás por las de sus calzones y el sí incondicional de sus esbirros en las cámaras.
¿Y qué tenemos? Tenemos un desgobierno que se empecina en ser el problema, en lugar de proponer soluciones. Se trata de un gobierno que no resuelve y al país se lo está cargando Gestas.En lugar de asumir sus deberes, López está empeñado en seguir extraviado en la oscuridad de su delirio de poder ilimitado, importándole un carajo lo que un individuo con sensibilidad e inteligencia atendería de manera prioritaria. Ejemplo: Lo que está sucediendo en Acapulco, ya está siendo más grave que el fenómeno meteorológico que lo arrasó. Se centra en la zona que hizo famoso al puerto, su Costera, pero la suerte de los más pobres entre los pobres, que viven hacinados en las barriadas, en los cerros, y que se quedaron sin cosa alguna, esos no salen en la tele.
No estoy hablando de oídas, tengo parientes allá, y lo que cuentan es estremecedor. No es cierto que el problema de la falta de energía eléctrica ya esté resuelto, que no se cuelgue medallas.
Y la basura acumulada que ningún servicio de limpia recoge, está pudriendo cuanto hay a su alrededor y eso es sinónimo de enfermedades, de pandemia.
¿Cómo se atrevió a decretar que el estado de emergencia ya pasó? Gobierno que no se solidariza con sus representados en sus horas negras, vale… usted ya sabe que vale.
A López lo que sí le interesa es el poder, pero todo, para así no rendirle cuentas a nadie. De ahí su empeño en subordinar a como dé lugar al Poder Judicial, que no se le ha rendido. Lo que ha hecho esta semana para cubrir la vacante que el infeliz de Zaldívar abandonó por sabrá Dios cuanto$$$ o porque colotas, no tiene nombre.
Una terna de morenistas. Ninguna cumple con los requisitos de capacidad, experiencia e independencia, como lo apuntó el senador Damián Zepeda. Su único mérito es ser incondicionales del fresco a cargo del Ejecutivo federal. Está más que visto, porque ahí están sus hechos, que su objetivo es desaparecer la división de poderes, como tal, dejándola en calidad de membrete. Y eso se denomina dictadura.
Su plan es burdo, como él. El tipo tira a matar a cuantos no se cuadren a sus caprichos. Todos entran en la canasta de adversarios: periodistas, intelectuales, políticos. Los insulta, los estigmatiza y con esta tónica cotidiana le quita lo reflectores a los asuntos que si debieran ser relevantes para quienes vivimos aquí, pagamos impuestos, y somos los destinatarios directos de todas sus perversiones.
¿A qué me refiero? A la violencia generalizada, al desabasto de medicamentos, a la inflación, a la economía, por mencionar algunos de ellos. ¿De verdad nos debe valer una pura y dos con sal la transgresión sistemática de las leyes por parte de la membresía denominada 4T?
Estamos ante un gobierno que sólo busca acarrear, como dice el viejo adagio, agua a su molino, importándole nada la democracia y menos pero mucho menos, el cumplimiento de las funciones que si le corresponden. Un gobierno no debe quedar suelto, tiene que estar sujeto al imperio de la ley. Los pesos y los contrapesos son requisito sine qua non para evitar abusos, raterías y toda suerte de malas prácticas gubernamentales.
Nadie va a solucionarnos esta debacle orquestada por el propio presidente de la república. La tenemos que solventar nosotros el domingo 2 de junio. Va a ser una elección de estado, apuntalada desde el poder político en turno.
Ya lo estamos viendo. Vea la promoción grosera de los de su tribu. La ley no se hizo para ellos. Si nos quedamos contemplando el cochinero sin hacer nada, López y su banda se van a salir con la suya. Es dictadura lo que sigue. No estoy exagerando. Tenemos las evidencias a la vista.
¿Ya contó los estados que gobierna Morena, los municipios, los congresos locales que controla? Pues va por más, va por todo. Esa es la consigna. Si como sociedad permitimos que el desgobierno de López Obrador concentre todo el poder, estaremos firmando la muerte de nuestras libertades, y seremos, no lo dude ni por un instante, la próxima Venezuela. Allá la clase política vive en el Nirvana y el pueblo, los que no pueden abandonar el país, subsisten como parias.
Eso quiere López para México. “Primero los pobres”, pero más y más pobres. Son muchos y controlables con asistencialismo ad perpetuam, para que nunca dejen de serlo. Yo no voy con eso. Yo no quiero eso para las nuevas generaciones. ¿Y usted?