De cómo cargarse a la democracia y carcajearse por ello
Esther Quintana.- Ayer (El 7 de diciembre) el Congreso del Perú destituyó al presidente de aquel país, Pedro Castillo, por “permanente incapacidad moral”. Con 101 de 130 votos a favor, después de que aquel anunciara la disolución del Legislativo y declarara un Gobierno de excepción