EL MÉXICO QUE SE NOS VIENE… Por Esther Quintana
Si llorando se pudiera cambiar el derrotero de nuestro país, inscrito por un individuo ávido de poder, no pararía de hacerlo; si recordándole a su progenitora y lanzándole todos los insultos en lengua castellana o extranjera se pudiera detener la debacle que arrastra a México,