No lo muerda por favor…
Esther Quintana.- Cuando el hombre se percató de que ni la ley del más fuerte, ni la del Talión –ojo por ojo y diente por diente– no les servían para pararle a sus conflictos y por ende para vivir en armonía, nació la ley. Y
Esther Quintana.- Cuando el hombre se percató de que ni la ley del más fuerte, ni la del Talión –ojo por ojo y diente por diente– no les servían para pararle a sus conflictos y por ende para vivir en armonía, nació la ley. Y