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Trump y los aranceles

Por Ángel Rodríguez.- Lamentable y patético accionar del gobierno mexicano, ante un exabrupto del presidente norteamericano, que muestran su desconocimiento e improvisación en materia de negociación

Hemos sido testigos de uno de los más lamentables y patéticos papeles que ha desempeñado un gobierno mexicano en materia de política exterior.

Ya en otro artículo había comentado que este gobierno tenía dos talones de Aquiles; el más que evidentemente económico y el manejo de la diplomacia. Ésta última llevada a cabo por personas inexpertas e improvisadas.

Todo comenzó en diciembre cuando México abrió las puertas a miles de migrantes mediante un pacto que su canciller firmó en el Consejo de las Naciones Unidas.

La cosa no quedó ahí cuando tanto el presidente como su secretaria de gobernación hablaron de que se apoyaría a las hordas de migrantes y se les prometió visa y empleo al fin de que llegaran a la frontera de nuestro vecino del norte.

Fue así como llegaron a nuestro territorio hordas de migrantes centroamericanos buscando alcanzar el sueño americano. Aquí empezó el horror ya que generaron muchos problemas internos y externos.

Y como en la política no hay casualidades, el presidente norteamericano dio el manotazo en el escritorio y amenazó con imponer aranceles del 5% a nuestros productos y así comenzaría para arriba. Lo anterior previo a los pasados comicios celebrados principalmente en Puebla y California y a un año de las elecciones en los Estados Unidos.

“México lleva 20 años sin cumplir sus compromisos migratorios” y “México necesita de los Estados Unidos, pero Estados Unidos no necesita de México”, acusó.

Se excluyeron a otros sectores con conocimientos en negocios internacionales como la misma COPARMEX

Fue así como puso a temblar como ratoncitos al gobierno mexicanos, quienes inmediatamente corrieron al círculo del presidente republicano. Tenían reunión el miércoles, pero ya estaban desde el viernes anterior.

El mismo canciller, en redes sociales, anunció una cumbre cuando solo era una reunión. Además, se excluyeron a otros sectores con conocimientos en negocios internacionales como la misma COPARMEX, cuyo presidente Gustavo de Hoyos ofreció su mano y la ayuda de su institución y que fueron rechazados.

Eso sin contar que también hicieron el llamado, como otras voces, de enfrentar al presidente Donald Trump en la Cumbre (esa sí) G-20. Tampoco escucharon.

El mismo canciller fue rechazado tres veces antes de la reunión. Eso sí, los gastos de hoteles y viáticos fueron elevados, el banal de Marcelo Ebrard jamás se podría hospedar en cualquier cuarto allá en Washington.

Tampoco quiero comentar el penoso asunto del vocero de la Cancillería comiendo cacahuates. Pero eso es lo que obtuvimos de un presidente estadounidense que, lo podrán criticar de lo que quieran, pero sabe negociar y está cumpliendo su función de cuidar los intereses de su pueblo.

En fin, los resultados no pudieron ser peores, ahora somos el patio trasero de Estados Unidos con el muro que Trump quería, nos obligamos a fungir como su Border Patrol (patrulla fronteriza)y para el colmo también nos obligamos a comprar más de sus productos. Lamentable papel de un gobierno que termina siendo entreguista a los intereses de nuestros vecinos del norte.