Después de haber sido el político predominante en el PAN del Estado de México, parece que por fin los esfuerzos por neutralizar su poder han dado frutos. Ulises Ramírez mantuvo coptados a liderazgos y militantes panistas mexiquenses durante más de una década, fue como se dice popularmente el mandamás en el PAN Edomex.

Ulises Ramírez llegó a ser tan poderoso, que de él dependieron el futuro de muchos políticos, pues estaba en sus manos decidir quien podía o quien no podía ocupar candidaturas seguras a puestos de elección popular en todos los niveles.

Las posiciones en planillas municipales pasaron por su visto bueno, posiciones en las listas de plurinominales para alcanzar diputaciones locales o federales, fueron definidas por él. E incluso la suerte de una senadora al terminar su gestión la decidió Ulises, al cerrarle el paso para una nueva posición en un puesto de elección popular y enviarla a la congeladora en su carrera política.

Desde el 2016 Ulises Ramírez expresó su deseo de ser el candidato a la gubernatura del Estado de México. Y sintiéndose todavía con suficiente poder para imponerse, se comportó incluso retador con Josefina Vázquez Mota con aquella frase “¿Josefina Vas o no vas? porque yo sí voy”.

Pero finalmente en este proceso de selección del candidato panista a la gubernatura del Edomex se sumaron varias fuerzas políticas, para quitarle la ilusión de ser el ganador de dicha nominación y que a decir de muchos panistas, solo iba a ser útil a los intereses del Gobernador Eruviel Ávila.

Llama la atención que habiendo sido uno de los grandes designadores, hoy se queje de ello y que ahora califique de inmoral lo que él hizo a diestra y siniestra cuando mantuvo un férreo cacicazgo sobre los militantes del PAN.

Hoy a Ulises solo le queda sumarse, o hacer como que se suma, o correr la misma suerte de Juan Bueno Torio en Veracruz y otros tantos que han sido coptados por el sistema.