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Un oasis de tranquilidad

Por Alejandro Díaz

El mayor reclamo ciudadano es sin duda la Seguridad Pública, tanto en México como en la mayoría de los países en desarrollo. En naciones económicamente bien desarrolladas, con Estado de Derecho consolidado, se preocupan por jubilaciones y pensiones, por fallas en prevención de la salud o por posibles riesgos provenientes de otras naciones.

Fortaleza económica y Estado de Derecho son un binomio en el que uno no puede vivir sin el otro. Aunque se debata que fue primero si el bienestar económico o el Estado de Derecho, la historia nos muestra que se requieren ambos para que los dos florezcan. Quizá la excepción sean los países totalitarios, con un dictador, un hombre fuerte o un partido de Estado, en los que pudiera existir bienestar económico sin Estado de Derecho. Así son (o fueron) aquellos que aprovecharon la riqueza petrolera para mantener sojuzgada a su sociedad repartiéndole migajas.

En México llevamos lustros buscando fortalecer el Estado de Derecho al tiempo que se intenta mejorar la economía. Después de décadas de gobiernos semiautoritarios se lograron crear instituciones democráticas para garantizar el acceso a los puestos públicos: entre ellos el IFE (hoy INE), el TRIFE y la CNDH. En el ámbito económico se fortalecieron entre otros el Banco de México, el INEGI y la PROFECO. A todos ellos debemos defenderlos para garantizar la sobrevivencia del régimen democrático.

Para muchos mexicanos la Seguridad Pública se ha agravado en este sexenio. No es una situación novedosa, llevamos más de una década sin encontrar medidas exitosas. Nuestro país tiene problemas serios: delitos graves como homicidios, secuestros y extorsiones tienen cifras similares a las de los países más atrasados.

Pero no es uniforme en todo el país: hay entidades muy violentas. Destacan fronteras, zonas serranas y costeras, así como las grandes áreas metropolitanas. Pero también debe destacarse la isla de tranquilidad que es el estado de Yucatán y en especial la ciudad de Mérida. No es un hecho muy conocido porque como ambas están gobernadas por el PAN no han sido mencionados en “las mañaneras” del Presidente a pesar de que son ejemplo para México.

Yucatán y su capital tienen índices delictivos infinitamente menores al resto del país, incluso de Estados Unidos. Es el único lugar del país con índices europeos: el índice de homicidios en Mérida -y en Yucatán- son de 2.5 por cada 100,000 habitantes, mientras el del país es diez veces mayor (26), y muchos estados sobrepasan el promedio. Pero no sólo el de homicidios sino también los de secuestros, asaltos y robos de todo tipo.

¿Por qué Yucatán y Mérida logran esos resultados? Evidentemente tienen un concepto de ética muy distinto al del resto del país, incluso de los estados vecinos. Además, tienen una conciencia cívica envidiable de respeto a los demás y del cumplimiento de leyes y reglamentos. No es de ahora, por lo menos desde 1990 han mantenido la menor tasa delictiva de todo el país.

Hay quien dice que Mérida disfruta de esa envidiable paz porque ahí residen familiares de dirigentes de los distintos cárteles Lo dicen sin fundamento pues son índices que se han mantenido por al menos treinta años bajo gobiernos de distintos partidos y con diversos jefes de policía. La razón es más profunda y reside en la cultura de respeto que hemos dejado de lado en el resto de México. Hará bien el Secretario de Seguridad Pública Federal en conocer a fondo ese estado y su capital para dar a conocer sus experiencias a todo el país.