Alejandro Díaz.- Esta semana el Presidente López visitó Washington tratando de tener más éxito en la Casa Blanca que la de su antecesor del mismo apellido en 1836. En aquella ocasión aquél se vio obligado ante Andrew Jackson a reconocer la independencia de Texas, contribuyendo al apetito de los Estados Unidos a expandirse hasta el Pacífico a costa de México.

Si bien esta visita no está en el ominoso ambiente de aquella, sí está acotada por el discurso original de Donald Trump contra connacionales, y también por los resultados de ambos países contra la pandemia. El discurso de Trump ha variado un poco aunque de tanto en tanto vuelve al original, mientras que la lucha fallida contra la pandemia los marca, al igual que al brasileño Jair Bolsonaro, también populista.

Esos tres países parece que van a encabezar el “medallero” del COVID-19 por el número de defunciones. Son los países más poblados de América y los tres han manejado muy mal la pandemia. Siguiendo el pésimo ejemplo de sus gobernantes, los ciudadanos no les interesó usar mascarillas, hacerse pruebas o guardar la sana distancia. No se han cuidado bien.

El mal manejo de un problema exhibe las deficiencias del gobierno en la aplicación de sus políticas, y el de la pandemia no es excepción en los tres países. Pudiera no afectar por el momento a los dos latinoamericanos que no tienen elecciones pronto, pero a Trump sí. Él intentará su reelección en menos de cuatro meses. Precisamente es el más urgido de encontrar un evento que le permita cambiar la percepción actual, y cree un tanto ingenuamente que la visita de AMLO le ofrecerá una ventana de oportunidad.

Se le olvida a Trump que buena parte de su oratoria electoral la dirigió a atacar a México y a los mexicanos, dentro y fuera de los Estados Unidos, a abogar por un muro absurdo y a criticar los resultados del TLC. Si bien ya ha reducido su retórica xenófoba, y sólo de vez en cuando se acuerda de “su muro”, sí logró modificar en su favor el TLC ahora llamado T-MEC sin que aún sepamos bien sus efectos comerciales y financieros.

Por lo pronto ya perdimos el primer puesto como proveedor de EUA. Tanto China como Canadá ahora le venden más que nosotros. Reducida nuestras exportaciones, sin inversiones a la vista y con el turismo en punto neutro, cada vez toman más importancia las remesas de los mexicanos que ahora trabajan allende el Bravo. La intención anunciada por Trump, de incrementar las inversiones norteamericanas en México, aún tienen que superar las medidas adoptadas por la 4T al respecto.

¿Qué le importaba a Trump? Se interesó en la protección de inversiones y la seguridad jurídica en México, ambos temas que no son de López. También buscó Trump la reunión de los dos presidentes para influir en los mexicanos que tienen doble nacionalidad y así hacer diferencia en ciertos estados para que pueda ganar su reelección.

¿Que le importaba a López? ¿El muro y la migración? No son temas para Trump pues tiene una aversión personal que incluso presionó a nuestro país para que impidiera el tránsito de centroamericanos. ¿Buscó conversar sobre el mejor momento para que se conozcan las declaraciones de García Luna y de la actuación de los cárteles de la droga incluida la solicitud de la madre del Chapo? Aún no lo sabemos, pero lo veremos en las próximas semanas.

En el aspecto formal la reunión se realizó sin que hubiera ninguna declaración sorpresiva. Para México, además de la rendición no necesaria parece que no tendrá consecuencias a menos que en las próximas semanas veamos una corrección a las políticas de inversiones extranjeras y se fortalezca el Estado de Derecho. Al tiempo.

daaiadpd@hotmail.com