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Y SIGUE LA DEUDA DANDO Y LA SALUD TAMPOCO

Iván Paoli Bolio.- La economía del país de mal y de malas, a ver cuándo se revienta la resortera.

El aumento actual y real de la deuda pública se está pareciendo, aunque con más radicalismo y velocidad, a la observada en los períodos de Echeverría y López Portillo. Considerar el gasto público improductivo como la panacea del desarrollo es una barbaridad pero puede aceptarse, más como una excepción que como una regla, pero si por el contrario la excepción se convierte en regla, la deuda pública se puede convertir en un barril sin fondo que convierta al país en una ruina por muchos años.

Por lo pronto, la deuda pública pasó de 3.8 billones de pesos a cinco billones para el dos de junio del 2020. Lo anterior se puede entender mejor si consideramos que al finalizar el sexenio de Ernesto Zedillo cada mexicano tenía una deuda de 21 mil pesos; al cierre del período de Vicente Fox había llegado a 29 mil pesos por persona; al terminar el de Felipe Calderón la deuda de cada mexicano se elevaba a 50 mil pesos; con Peña Nieto llegó a 84 mil pesos y sólo entre el 2019 y el 2020 la deuda llegó a casi 100 mil pesos por cada hombre mujer y niño, y este aumento de la deuda por persona nacida en el país se da en sólo dos años (1).

De acuerdo con el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), la deuda externa pasó de 3.78 billones de pesos en 2019 a 4.8 billones en el primer semestre del 2020, lo que representó un crecimiento de 1.2 billones, 27.1% más respecto del primer semestre del año anterior.

Y si bien es cierto que ello se debió más a la devaluación del peso frente al dólar que a la contratación de nuevos créditos, no puede descartarse el aumento de la deuda de PEMEX que crece cada año en cerca de 400 mil millones de pesos. (2)

El saldo de la deuda de PEMEX en el tercer trimestre del 2020 tuvo un incremento anual estimado de 26.6%, “el mayor que se ha registrado desde el 2016, muy cercano al aumento del saldo histórico (SHRFSP)”, lo que significa que la deuda nacional se seguirá incrementando en razón del dinero que se le siga añadiendo absurdamente a esa empresa.

De lo anterior se deriva que la deuda nacional y la de PEMEX, de corto plazo, aumentó en el tercer trimestre del año pasado en 68.2% y se
ubicó en 412,064 millones de pesos, lo que representa el incremento señalado en el párrafo anterior.

Adicionalmente los ingresos de PEMEX se han venido reduciendo en el período considerado en 22%, a 248,895 millones de pesos por la reducción de ventas al interior del país y por la pandemia. “también se redujeron sus ingresos antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización en un 29% a 20,182 millones”.

Habría que agregar que los impuestos que declara la empresa, son los que pagamos los consumidores de combustibles por las ventas de los mismos en el país, y que en un elevado porcentaje corresponden a ventas de gasolinas importadas y que deben ser retenidos por los distribuidores.

Finalmente es importante destacar que se redujo la extracción de crudo para ubicarse en 1,676 millones de barriles por día frente al mismo período de 2019, debido a la declinación productiva de los campos petrolíferos y al cierre temporal de producción por mal clima a finales del 2019, precisó el reporte anual de la empresa, y su deuda financiera (que es deuda pública del país), del año pasado, se elevó en 14% que cerró en 113,200 millones de dólares. (3).

Pero los números, que son un indicador irrenunciable, son también fríos y no resulta sencillo para el ciudadano común verlos reflejados en la vida diaria de millones de mexicanos.

Al respecto, lo anterior significa que el dinero tirado en la construcción de la refinería de Dos Bocas, del aeropuerto de Santa Lucía o del Tren Maya, o puesto en la basura de una empresa, PEMEX, cuyos activos apenas si tienen la mitad del valor de su deuda (dos billones de pesos menos) podría representar la salvación de miles o millones de pequeñas empresas y del pan nuestro de cada día de quienes las trabajan y que hoy sólo ha representado un número mayor de indigentes, muchos de los cuales se encuentran en el grado mayor de pobreza, la alimentaria.

También significa que ese gasto tirado a la basura podría emplearse para la aplicación de un mayor número de pruebas para hacer más eficiente la aplicación de vacunas anti covid19 entre la población más necesitada de ellas, la que no se conoce porque no se ha querido invertir en las pruebas necesarias para saber, con la mayor precisión, el número de personas que pueden requerirlas y en donde se ubica el mayor número de probables infectados para hacer de su distribución e inoculación una operación programada con responsabilidad, eficiencia y eficacia, y con la que, hasta donde se puede afirmar con números (también fríos), para evitar cientos de miles de defunciones que hoy se estima, de acuerdo con cifras oficiales, que hoy se eleva ya a cientos de miles.

Las próximas elecciones van a ser la oportunidad de frenar la destrucción del país, de la que hoy cada vez se tienen más certezas.
Pero esa destrucción se ve de manera fehaciente con las pérdidas de vidas cada vez mayores por la pandemia y con ello la tragedia que ya viven en carne propia cientos de miles de familias en el país.

De acuerdo con la agencia EFE las muertes por la pandemia en el país superarían las 300 mil, pese a que la Secretaría de Salud (SSa) reportó sólo 201 mil 429, el 28 de marzo, pero el “Exceso de Mortalidad en México” informó que hasta la sexta semana de 2021 … se registraron 294 mil 287 defunciones desde febrero del 2020. Sin embargo, este número rebasaría los 310 mil 550, según los cálculos de la universidad Johns Hopkins de los Estados unidos (4).

Lo anterior se observa mucho más grave si se toma en consideración el cierre de albergues infantiles en casi todo el país, el de los refugios para mujeres maltratadas, el cambio del Seguro Popular por un INSABI que ni a reglas de operación ha llegado y que se olvidó del tratamiento a enfermedades de las que se conocen como catastróficas. La lista es larga y mucho mayor la de los mexicanos que ahora padecen las carencias que hasta hace dos años no tenían.

El fin de la tragedia podría adelantarse si Morena se convierte en minoría en la Cámara de Diputados en las próximas elecciones de junio.

Referencias:
Alberto Álvarez Santana, en 21 Noticias del 16 de abril del 2020.
Belén Saldívar, en El Economista del 26 de marzo del 2021.
Reporte de PEMEX del cuarto trimestre del 2020, el 26 de febrero de 2021.
Latinus con Rafael Loret de Mola del 28 de marzo del 2021.