¿Y tú ciudadano hasta cuándo?
Por Tomás Trueba.- De inicio les deseo a todos un feliz año 2020. Que este sea realmente el año del despertar. Todos nos deseamos lo mejor entre nosotros, salud, trabajo, armonía paz, etc. Pero lo que yo les deseo es que todos trabajemos y hagamos lo necesario para tener una buena vida con esos dones que tanto nos deseamos unos a otros.
Iniciamos el año y seguimos viendo editoriales, notas, noticias y muchas opiniones sobre lo que están haciendo los gobernantes en turno, los políticos y a veces los empresarios y líderes que toman decisiones. Y claro es importante seguir esos acontecimientos, pero es más importante el modo de seguirlos y la utilidad que tomaremos de los mismos.
En artículos anteriores me he tomado el tiempo para hablar de la responsabilidad ciudadana, de la urgencia de tener conciencia ciudadana, de la obligación de ciudadanizar a México y creo ahora debemos hacer una autocrítica a nuestro papel en la vida de México. El último fue exactamente hace un año.
Desde luego que no podemos dejar atrás lo que nos dicen los gobernantes, no podemos dejar en el aire algunas informaciones no tan ciertas y no podemos ni debemos olvidar que las acciones que se están tomando en su mayoría son inadecuadas y nos están haciendo daño. Claro que no podemos permitir el doble discurso de AMLO, por ejemplo en su liberalismo tipo Juárez y que ahora esté rompiendo el Estado Laico. O que siempre habló de la microeconomía y ahora no vemos que su política lleve a fortalecerla. O que su discurso contra el Neoliberalismo siga y su política económica sea igual a esa en lo general, en fin muchas acciones fallidas como la salud, la seguridad, la impunidad, el que prevalece la corrupción.
Lo mismo es para los gobiernos de las Entidades Federativas y los gobiernos municipales, poco se preocupan por el bien del ciudadano.
Pero la culpa es nuestra. Nos ha faltado ciudadanizarnos, nos ha faltado participar, nos ha faltado exigir, pero sobre todo nos ha faltado cumplir como buenos ciudadanos mexicanos.
Para ser un buen mexicano lo primero que debemos tener es EDUCACIÓN. Y es la educación desde la casa, donde nos formen los principios éticos de la vida, donde nos formen con los principios de solidaridad social, donde nos formen con la idea de participar en la política como un acto cívico y donde nos indiquen de que a la escuela y universidad nos vamos a formar en conocimientos y valores que sirvan para tener mejor vida personal y de sociedad.
Nosotros como ciudadanos antes de exigir los derechos que nos corresponden por ley, debemos cumplir con las obligaciones no solo legales sino morales. Aprender a respetar la vida en convivencia social, aprender a respetar nuestro entorno ecológico, aprender a respetar el presente y el futuro de los seres humanos. Debemos saber que los seres humanos no somos materia de explotación laboral, sino que somos parte de un todo en el desarrollo.
Participar y respetar la vida cívica y política de México no es un acto del demonio, es un acto de humanidad de familia es un acto de conciencia. Incluso todas las religiones y sus jerarcas hablan de la obligación que tenemos como creyentes o miembros de esas comunidades religiosas de participar en la vida política. Así que un buen momento para cumplir las obligaciones es hoy. Para señalar los actos irresponsables del gobierno empecemos por reconocer y señalar nuestros actos irresponsables.
No soy quien para dar una cátedra de cómo ser un buen mexicano, pero sí puedo opinar en lo que debemos de hacer y opinar sobre lo que hemos dejado de hacer. Nos presumimos demócratas y no participamos en lo más elemental de la democracia por ejemplo que es ir a votar. Nos presumimos demócratas y no participamos en la vida diaria de la toma de decisiones.
Estamos cansados de la corrupción pero no la combatimos y a veces por comodidad la promovemos, como el caso de violaciones a reglamentos de tránsito o de policía o por no cumplir con nuestros deberes, el dejar de hacer cosas o violar leyes y reglamentos también es corrupción. Nos quejamos en corto de la mala atención en el sector salud, en la seguridad social, en las oficinas y no hacemos nada por corregir. Un funcionario público, y entre éstos entran, los maestros, doctores, oficinistas etc. Si no cumplen su trabajo es corrupción.
Pedimos cuentas o por lo menos criticamos que no hay buenos servicios ni programas, pero no pagamos impuestos o pagamos menos. Eso nos los cobra el Estado especie con malos servicios públicos por ejemplo. Aplaudimos obras de relumbrón sin importar que los servicios básicos no los tengamos, aplaudimos actos, porque el gobernante es honesto, y esos actos violan las leyes de obra o de adquisiciones.
Hay inseguridad pero no denunciamos los hechos delictivos que nos pasan o conocemos por más pequeños que sean. Permitimos a la autoridad manejar sus cifras y vivir en el confort de hacer de nuestras denuncias lo que quieran y no poner tiempo para resolverlas. Conocemos de la impunidad y la permitimos.
No sabemos poner límites y tiempos de respuesta. No importa el tiempo legal, importa la atención. No pedimos una Mejora Regulatoria para quitar trámites y evitar tiempos perdidos en nuestras necesidades. Y ojo estas situaciones no son exclusivas de la burocracia gubernamental, también vemos mucha incapacidad, negligencia y falta de atención en oficinas y empresas de la iniciativa privada.
Así que ciudadano mexicano ¿Hasta cuándo cambiarás y de ser un derechohabiente pasarás a cumplir obligaciones y exigir derechos?
La mejor fórmula que conozco para lograr el progreso de la Nación, de tu Entidad Federativa de tu ciudad y el personal es la EDUCACIÓN.